La Guardia Civil ejecutó el miércoles un control masivo en la A-52 a la altura de la localidad de Sandiás (Ourense). Pese a la relajación de las medidas que comienza hoy, los controles continúan sucediéndose. En este, además de verificar que los ocupantes de los vehículos tuviesen autorización para desplazarse fuera de sus municipios, se controló la velocidad de los usuarios de la vía, el tráfico interurbano de mercancías y el estado de los conductores, para detectar la presencia o influencia de alcohol y drogas .
Durante los controles, el Instituto Armado tuvo que parar tres vehículos que circulaban de forma irregular. Dos de ellos fueron por delitos contra la seguridad vial. Un vecino de Salamanca, P.M.M., fue denunciado por conducir una furgoneta mixta con el carné caducado. El otro fue protagonizado por un ourensano que conducía a 218 kilómetros por hora, estando la velocidad limitada a 120 kilómetros a la altura de la localidad de Sandiás (Ourense).
Un tercer hecho delictivo consistió en el quebrantamiento de una orden de alejamiento. J.P.A., de 59 años y vecino de Xinzo de Limia, fue detenido y puesto a disposición judicial, tras ser identificado por no hacer uso del cinturón de seguridad cuando viajaba en compañía de una mujer sobre la que tenía una orden de alejamiento, al haber sido condenado por un delito de malos tratos en el ámbito familiar.
