Pasó lo que pasó | Un interés puramente sexual

IA para cuidar Las estadísticas que dicen que el salario medio ourensano está de la mitad para abajo en relación a las otras provincias señalan también que el forrolliño entrampado en el banco supera los 9.600 millones de euros, un fortunón. Fuera del enigma de las líneas de Nazca en Perú o de las cataratas de sangre en La Antártida, no se ha descifrado misterio semejante. La paga es de 20.355 euros anuales, según Hacienda. Los más aparentes, ni siquiera opulentos, son los empleados de banca y seguros, con 33.000 euros al año. Los del cinturón que ya no tiene más ojales que apretar son los que trabajan en servicios personales y cuidados en el hogar, que se apañan con menos de 10.000. Es decir, los de la nómina generosa son los del sector financiero, que son cada vez menos porque su puesto se lo sigue deglutiendo la tecnología. Mientras, los que menos cobran son los que atienden a un sector de población cada vez más amplio en la provincia senecta. La Administración, que prima la contratación de un aprendiz en cualquier gremio, da un muy relativo apoyo a la incorporación a personas que se dedican a los cuidados. Tomo prestado el comentario del compañero Calviño: sigamos por este camino, ya vendrá la inteligencia artificial a cuidar de nuestros mayores o de nosotros. O el sistema financiero, añado. Es inédito Los años pasan, no lo suficiente para creer haberlo visto todo. Hay guardado en el arsenal munición para tirarse socialistas y populares en el Madrid centrífugo y en ello están. Sin embargo, en otras latitudes están en un sorprendente alto el fuego. Un inédito acuerdo entre el PSOE y el PP de Luis Menor dio a este vía libre para el nuevo reparto de fondos de la Diputación a los concellos. Una dosis de sentido común ha servido para derribar todas las paredes que absurdamente se construyeron durante décadas. En eso consiste la política, según los convencionalismos que se nos inculcaron, en la negociación y el acuerdo. Ambos partidos exploran inéditos territorios y dejan en evidencia al resto. El BNG tuvo que esforzarse para justificar el no, postura que tienen muy cultivada. El mismo partido que presenta su acuerdo en Madrid con los de Sánchez como el reparto de los panes y peces, queda en Ourense votando lo mismo que Jácome, demostrando uno de sus atávicos miedos: apoyar algo en lo que esté el PP. Ahora bien, está claro que el pacto PP-PSOE en la Diputación es, de momento, solo eso, un tanteo al modo que decía Groucho Marx: “No piense mal de mí, señorita, mi interés por usted es puramente sexual”. Casablanca Hay quien barrunta que, como en la película Casablanca, esa alianza puede ser preludio de una gran amistad que se reproduzca en un cambio de gobierno en el Concello de Ourense. Pero, como en el mismo film, la reflexión política que siempre triunfa es aquella del Capitán Renault: “Confieso que carezco de convicciones, voy con el viento”. Candidatas Son candidatas a Capital Europea de la Cultura en el 2031 Burgos, Gijón, Las Palmas de Gran Canaria, Toledo o Granada, que lo intenta por segunda vez. Madrid lo consiguió en 1992, Santiago en el 2000, Salamanca en el 2002, San Sebastián en el 2016. ¿Y Ourense? El grupo municipal socialista presentará una moción para que “se postule como candidata”, por lo tanto solicita “á posta en funcionamento do proxecto para que dita capitalidade recupere as actividades culturais (…), mellore as infraestruturas termais e, en consecuencia, a calidade de vida da cidadanía”. Eureka! Que tiemblen las rivales de Auria, no tienen nada que hacer. No sé como a Jácome no se le ocurrió antes dada su agudeza: el armazón cultural de la ciudad lo ha reducido a la contratación de orquestas y por lo que se refiere al resto de los méritos, los ha conseguido todos: ni una sola dotación termal merece la pena, carece de proyecto para revitalizar el sector, el barrio de San Francisco posee contenedores culturales de primer nivel que ni se saben vender, no sé si se conocen. El casco histórico está abandonado a su suerte… Si les apetece, entren en las webs de las urbes cantidatas para ver qué están haciendo para perfilar su aspiración, su programación cultural y su promoción. Luego contrasten con Ourense, la “Atenas de Galicia”, y tal. El portafotos José Antonio Rodríguez Araújo preside la Asociación de Empresarios del Polígono. No hay color, es el colectivo empresarial más relevante de la provincia, con casi 400 firmas, más de 1.700 millones de euros de facturación anual, 8.000 empleos directos en cinco millones de metros cuadrados. La asociación ha celebrado su asamblea anual y el presidente lanzó una diatriba contra la situación política: “La preocupación es enorme y la conclusión es que necesitamos más que nunca respeto a los pilares fundamentales de nuestra sociedad, responsabilidad y moderación”. Y añadió: “Bajo la Constitución hemos protagonizado la mejor etapa de la historia de España, la de mayor convivencia y más prosperidad. No podemos permitir que la polarización, el frentismo y la política de bloques pongan todo esto en cuestión”. Pidió luego “recuperar consensos amplios para garantizar estabilidad y prosperidad para todo el país, sin excepciones, ni agravios o desigualdades. Ni entre personas ni entre territorios”. En medio del silencio de cementerio del colectivo social ourensano, estas palabras suenan como dagas. Otra cosa es cómo le ha sentado a los del partido que propició todo esto. La opinión es libre, pero incómoda y siempre incomoda. Al poner la lupa Es imposible escapar del color negro Las compras están dopadas por las ofertas. Las temporadas normalizadas forman parte de la arqueología mercantil, con sus épocas de rebajas perfectamente regladas, sus estrenos de primavera por el Domingo de Ramos o los juguetes nuevos por Reyes. Ya ni El Corte Inglés tiene capacidad de dictar cuándo es primavera. Las compras por Internet responden a impulsos de paso que se ojea una web, una estantería por la que es mejor no pasar porque siempre picas. Por eso el comercio tradicional ha sondeado su capacidad de competir con una tienda que no cierra nunca, pero es difícil ganarle. Es complejo sustraerse a modas importadas como el Black Friday, el Ciber Mondey y formatos asimilados. El viernes negro empezó siendo un señuelo para un perfil de establecimiento pequeño pero ahora hasta el concesionario del coche avisa de una oferta para ampliar la garantía. Y hasta el banco ofrece un 15% de descuento en un seguro de vida o de deceso. Vade retro.