OURENSE

Investigadores apuestan por drones para detectar fuegos

Iván Gómez Conde, en la entrada del Edificio Politécnico del Campus (MIGUEL ÁNGEL)
photo_camera Iván Gómez Conde, en la entrada del Edificio Politécnico del Campus (MIGUEL ÁNGEL)

Un proyecto del Campus permite descubrir incendios en tiempo real a través de estos artefactos

El uso de drones hace tiempo que quedó apartado de la exclusividad de la guerra. Los vehículos aéreos no tripulados han demostrado ser un invento de gran utilidad para la sociedad en general, lo que ha quedado comprobado en su empleo en funciones tan variopintas como la vigilancia del tráfico, el rodaje de tomas cinematográficas o el transporte de productos.

En la búsqueda de problemas que solucionar para la ciudadanía ourensana, un equipo de investigadores del Campus pensó en la forma en la que uno de estos artefactos podría ayudar a prevenir una de las grandes lacras de la provincia: los incendios forestales. Su proyecto, que fue uno de los 12 elegidos por la Vicerreitoría del Campus y la Diputación para optar a una ayuda Inou, se sustenta en el uso de drones como medio de vigilancia contra incendios.

El equipo investigador es el Grupo Mile de la Escola Superior de Enxeñaría Informática ourensana, y cuatro de sus miembros, Iván Gómez Conde, María José Lado, María Rodríguez Damián y David N. Oliveri, los creadores de la idea. "Un dron con una cámara incorporada es capaz de hacer un recorrido mientras toma imágenes de vídeo de modo automático", apunta Iván Gómez como la base del invento.

El trabajo del equipo investigador se basó en la puesta en marcha de un programa informático capaz de reconocer humo en tiempo real a partir de las imágenes de vídeo que envía el dron. Iván Gómez Conde explica que "a través de algoritmos de visión por computador detectamos el humo y la forma en que está avanzando". El programa informático es capaz de distinguir el humo procedente de hogueras controladas y el de conatos de incendio, para avisar a continuación al Servicio de Extinción de Incendios al detectar este segundo caso.

Concretamente, este programa de ordenador realiza, primero, un filtrado del color del vídeo, para a continuación identificar el humo a través del proceso del glittering -en castellano, escintilación-, que consiste en "analizar, píxel a píxel, la frecuencia de cambio del fuego y del humo, ya que estos son muy cambiantes", aprovechando parámetros como la altura a la que vuela el dron o la distancia a la que se encuentra del supuesto incendio. En cuanto al movimiento del aparato, éste se mueve entre unos puntos previamente fijados por GPS y es capaz de regresar al punto de salida una vez se está quedando sin batería.

Los miembros del Grupo Mile probaron un material muy rudimentario, ajustado a un bajo presupuesto, pero que aun así funcionó con fiabilidad. "Compramos un dron amateur, de los que se pueden emplear para jugar, y una cámara compacta", explica Gómez, que señala que la principal limitación con la que se toparon "fue la escasa duración de su batería", algo que no afectan a aparatos de mayor capacidad, lo que favorecería que cubriesen grandes distancias y, por tanto, mayores áreas de vigilancia.

Los investigadores señalan que su proyecto puede actuar a modo de complemento de la vigilancia que los equipos de emergencias realizan. "Creemos que son idóneos para aquellas zonas con gran concentración de incendios que son difíciles de vigilar", comenta el investigador del Campus de Ourense, que ve el invento también como una ayuda para las brigadas de extinción, puesto que permite precisar la ubicación exacta del fuego.

Este proyecto investigador formó parte de la convocatoria de 2013 -la última publicada- de las ayudas Inou. El Grupo Mile trabajó a lo largo de un año en este sistema detector y, tras las conclusiones positivas alcanzadas, apuestan por la continuidad como medio de que éste se consolide. Por parte de los investigadores reina la satisfacción por haber trabajado en algo "que puede ser de gran utilidad para la sociedad ourensana".



el caso de burgos

El dron está siendo un elemento muy útil para esclarecer lo ocurrido en el incendio de la fábrica de Campofrío en Burgos. Iván Gómez explica que, aunque la base es similar, consistente en un artefacto con una cámara incorporada, el empleado en la ciudad castellanoleonesa "se basa en una tecnología de infrarrojos para detectar focos de calor". "Cada caso requiere un tipo de cámara, y para detectar incendios, una compacta permite al dispositivo operar a la perfección".

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