Se trataría de un grupo violento y especializado de al menos tres personas que sólo van en busca del dinero y las joyas
La investigación de los últimos robos con violencia en viviendas habitadas de la provincia en las que sus moradores resultaron agredidos centra los planes de trabajo tanto de la Guardia Civil como de la Policía Nacional. En estos momentos es un asunto prioritario, por la gravedad de las denuncias y la alarma social provocada, reconocía hace escasos días el subdelegado del Gobierno, Roberto Castro, de ahí la implicación de ambos cuerpos.
Las fuerzas de seguridad creen que los robos más peligrosos (San Mamede de Urrós -Allariz- y Güin -Bande-) son obra de una banda itinerante -"batería", en argot-, especializada en este tipo de delitos, que, según se sospecha, podría estar afincada en Cataluña, desplazándose puntualmente a la provincia para actuar, pero siempre previa vigilancia de sus objetivos. Tampoco se descarta que ese clan tenga algún enlace en Ourense.
El grupo criminal, liderado por un jefe, la persona de mayor edad, busca joyas y dinero, por lo que no duda en emplear la intimidación, con palizas incluidas, para lograr su propósito.
Paralelamente, los investigadores creen que podría haber un segundo grupo, integrado por personas oriundas de la provincia, a la que atribuyen los llamados "robos de oportunidad", aquellos sin apenas planificación y en los que no hay violencia por medio. El botín, en este caso, es heterogéneo: desde víveres a menaje, electrodomésticos, etcétera.
Los datos de 2016
Precisamente, las robos con violencia e intimidación sobrepasaron el centenar el pasado año, según los datos dados a conocer esta semana por el Ministerio del Interior. En cuanto a los robos con fuerza en domicilios (sin víctimas), en el conjunto de la provincia aumentaron, pasando de 430 a 437 (+1,6%).
En la ciudad, bajaron un -16% (100 casos). La comisaría lo atribuye la dispositivo especial puesto en marcha en verano y que continúa operativo en el que trabajan efectivos de tres grupos específicos: Seguridad Ciudadana, UDEV (Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta) e Información, que controlan las entradas y salidas de la ciudad así como los lugares de ocio y comercio.
En la ciudad, los delitos, tras cinco años de subida, coincidiendo con la crisis, comenzaron a descender en 2013. De hecho, la tasa de criminalidad (delitos por 1.000 habitantes) fue en descenso. Se pasó de los 40,4 en el año 2013 a los 34,4 con los que se cerró el pasado año, según los datos de Interior.
