Un proyecto pionero del Concello permitirá a una veintena de familias y escolares de diferentes centros tener una parcela de tierra para cultivar alimentos ecológicos sin tener que desplazarse de la ciudad.

Una isla ecológica en Mariñamansa

Una isla ecológica en medio de un escenario urbano diseñado a golpe de asfalto y ladrillo. Esa es la sensación que se siente al sobrepasar la puerta de entrada de los huertos educativos instalados por el Concello en Mariñamansa, entre el paseo del río Barbaña y la calle Marie Curie. Ayer se adjudicaron entre las familias solicitantes una veintena de parcelas en las que crecerán tomates, cebollas, pimientos, lechugas, repollos o cualquier otro producto que elijan los beneficiarios.
Más allá del ahorro en el supermercado, casi todos los adjudicatarios coinciden en señalar que lo más importante de la inciativa es la posibilidad de sentirse en contacto con el campo, de desconectar del estrés urbanita tras el trabajo o, para los más mayores, distraerse y seguir sintiéndose útiles mediante la transmisión de sus conocimientos agrícolas a los más jóvenes. De hecho, algunos de los objetivos del proyecto son proporcionar a los más pequeños las nociones básicas sobre el cultivo de alimentos, la importancia de respetar el medio ambiente y de mantener una alimentación saludable. Un espacio público concebido como 'aulas vivas de aprendizaje', según la definición de una de las impulsoras del proyecto, la edil de Educación, Ana Garrido.

Las barreras entre la ciudad y el campo se disipan así en un pequeño oasis de naturaleza en el que también tienen un hueco las personas con movilidad reducida. Para que los huertos puedan ser accesibles a todas ellas, se han diseñado cuatro parcelas con una altura de 75 centímetros por encima del nivel del suelo.

La sostenibilidad ambiental y la calidad de vida caminan de la mano en este proyecto pionero en la provincia y que ya ha logrado resultados exitosos en otros municipios como Santiago de Compostela o Culleredo. Para sacar el mayor rendimiento posible a los huertos, se impartirán semanalmente cursos de agricultura ecológica de 17:00 a 20:00 horas. Ayer se celebró la primera clase en medio de una ilusión generalizada de los participantes. Y es que la satisfacción de llevarse a la boca un alimento cultivado por uno mismo, al que se ha cuidado y visto crecer, nada se parece al mero hecho de cogerlo en la repisa del supermercado.

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