La Navidad sigue sin llegar a Ourense. Mientras el resto de urbes gallegas, villas y pequeños concellos ya han engalanado sus calles y plazas, el gobierno de Gonzalo Pérez Jácome mantiene "apagada" la ciudad de As Burgas, añadiendo a un alumbrado todavía a medio colocar la confección de un programa de actividades muy reducido.
En lo que respecta a las luces, todo sigue a la espera pese a que el pliego del concurso dejaba claro que el encendido nunca sería más tarde del 27 de noviembre, una fecha autoimpuesta que fue incluso modificada por el camino por el propio alcalde, aplazando el "click" al puente de la Constitución, coincidiendo con la reapertura de la hostelería.
Ahora, excusando en los técnicos municipales y en la empresa adjudicataria, Jácome aplaza en principio –deja caer que la lluvia podría complicar la instalación– a este viernes la puesta de largo del alumbrado, el más caro de la historia de Ourense, pero limitándolo solo a "una parte de la ciudad", por lo que los barrios y zonas alejadas del centro tardarán todavía más en disfrutar de sus calles decoradas.
Confrontación
"Tendremos la mejor iluminación de la historia y en más sitios que nunca", se jactaba ayer el alcalde ourensano en su intento de dar explicaciones, argumentos que no convencen, por ejemplo, al PP. "Debería irse dunha vez se non é capaz de asumir as súas propias responsabilidades", dijo ayer la edil Ana Fernández Morenza, asegurando que las luces no estarán encendidas en su totalidad hasta el 23 de diciembre. "Jácome prometeu dinamizar a vida comercial nos barrios e vaino facer acendéndolles as luces un día antes de Noiteboa, mais a súa rúa vai ser a primeira en contar con iluminación (en alusión a que Concordia tenía ayer arcos instalados)", comentó la concejala.
A todos estos retrasos y promesas incumplidas con el alumbrado, se suma además que el Concello suspenderá el habitual carrusel de actividades navideñas, que habitualmente se presenta en estas fechas. Aunque este año la pandemia del coronavirus emerge como condicionante para hacer eventos, el gobierno de Jácome ha diseñado un programa de mínimos, según explican fuentes del consistorio.
Además del tradicional Belén de Baltar, que se podrá visitar en breve, en las calles, la previsión es repetir el plan del día de San Martiño, contratando puntualmente charangas itinerantes. Más allá de esto, está contemplado programar una serie de actividades en el Auditorio, aunque los detalles todavía están pendientes de que la Xunta fije el aforo permitido.
Salvo giro de última hora, no está previsto colocar el poblado navideño anunciado a tamaño real el año pasado por Jácome, que en 2019 se limitó al controvertido Belén de Bispo Cesáreo.
Papá Noel y los Reyes Magos
El covid ha obligado también a descartar la típica Cabalgata de Reyes y, además, la intención inicial de Jácome de repartir caramelos en cada domicilio de Ourense. Según informó ayer el Concello, la previsión ahora es que Papá Noel y sus ayudantes se desplazarán a los centros educativos, mientras que en víspera del Día de Reyes se espera que sus Majestades estén en el Auditorio realizando una recepción, a la que se podrá acudir bajo la modalidad de cita previa.
La exedil de Comercio: "El alcalde no nos dejó trabajar. Se pudo sacar el pliego mucho antes"
María Fernández Dibuja, responsable hasta septiembre del área de Comercio –concejalía encargada del alumbrado–, niega que los funcionarios del departamento, señalados por Gonzalo Pérez Jácome, tengan responsabilidad en la situación actual, culpando de los retrasos al regidor.
"Cuando nos íbamos a poner manos a la obra en enero, él dijo que se encargaba personalmente. No dejó libertad a nadie y no nos dejó trabajar", asegura Dibuja. La edil explica que Jácome quiso introducir cambios periódicamente y delegó en sus asesores el trabajo, dejando a un lado a los técnicos del Concello: "Se pudo sacar el pliego mucho antes, pero interfirió".
Los comerciantes del centro se vuelcan en esta campaña
Tras un año que ha puesto todo patas arriba, el sector del comercio afronta la campaña navideña con optimismo. A la espera de que el Concello mueva ficha y anime las calles, el Centro Comercial Aberto Ourense Centro no quiere esperar más y presentó ayer su plan para las próximas semanas, "desarrollado con un plus de ilusión", según dijo su presidente, Luis Rivera.
Las actividades previstas contemplan el reparto de las compras a los domicilios en un plazo máximo de 24 horas desde mañana y hasta el 5 de enero o la venta de 500 bonos de 50 euros –estarán a disposición desde el jueves en las oficinas del CCA– para consumir en los establecimientos asociados, teniendo que pagar el usuario solo 30 y asumiendo Ourense Centro los 20 restantes.
Además, Papá Noel se paseará en un descapotable el próximo 23 de diciembre y, en colaboración con el Banco de Alimentos, se instalará un puesto de recogida para que cualquier interesado pueda colaborar. Los establecimientos comerciales reforzarán también la decoración para un mayor lucimiento.
El CCA Ourense Centro cuenta con la colaboración de Diputación y Abanca para el desarrollo de actividades.
