ENTREVISTA

Jorge Espiral: "Mi torero está en la barra del bar y el toro y él se quieren mucho"

Cinco amigos lucenses dedicados al mundo del arte decidieron, en la década de los 90, crear un espacio alternativo abierto a todo tipo de exposiciones. Hoy inauguran, a partir de las 20,00 horas en el Centro Cultural Marcos Valcárcel, una muestra conjunta.

La sala se llamó Bacabú, y hasta el 2005 agitó la vida cultural de Lugo. "Contamos con gente conocida, como Ramón Conde, y también con personas amateur", señala Jorge Espiral (Lugo, 1964), uno de los impulsores. Después de cerrar el espacio, los cinco amigos comenzaron a realizar exposiciones colectivas bajo el mismo nombre, "Bacabú". Hoy inauguran, a partir de las 20,00 horas en el Centro Cultural Marcos Valcárcel, una muestra conjunta.

¿De dónde viene la palabra “Bacabú"?

Es una variación entre vaca y belcebú, que salió por el sobrino de un amigo nuestro, que nos dijo que a las vacas las llamabas vacamú. De ahí, no sé por qué, nos salió bacabú cuando estábamos buscando una palabra para la sala. Cada uno hizo como un anagrama y casi todos conocimos en hacer un muñequito con rabos y con cuerno, una cosa entre vaca y belcebú.

¿Hacen falta más espacios expositivos, como cuando crearon su sala alternativa?

Sí, pero en Ourense, por ejemplo, estáis haciendo muchas cosas. Con la crisis se paró un poco todo en cuando a arte y cultura, pero bueno, actualmente tenéis bastantes espacios, en Lugo veo la cosa peor. Ahí está el Marcos Valcárcel, la Sala Valente, la Faílde...

Son cinco artistas, ¿qué tienen en común?

Nos une una relación muy buena de amistad, muchos tenemos en común los inicios en el cómic, pero luego somos totalmente diferentes. Somos cuatro pintores y un escultor, pero no somos todos del mismo movimiento artístico, aunque nos respetamos mucho. Cada uno hace su trayectoria individual, pero de vez en cuando nos unimos. Ahora mismo también estamos exponiendo en la Capilla de la Magdalena de Arzúa.

Arrancó con los cómics y evolucionó hacia la pintura.

Pero mi pintura sigue contando cosas. A Ourense llevo cinco piezas en las que se ven historias alrededor de la figura del torero, que es muy importante en mi pintura. Pero mi torero es un torero que está en la barra de los bares, y el toro y él se quieren mucho. También tengo una familia de botellas personalizada, Tío Pepe el padre, la de gaseosa la madre, el sifón el abuelo... Tengo un mundo muy propio  y muy cerrado.

¿Su evolución fue autodidacta?

Sí, aunque tuve clases con el pintor Jesús Blás, muy conocido en Lugo, fui como su pupilo, como su Totó de "Cinema Paradiso", que me abría los ojos. Pero dejó que evolucionase a mi aire. n

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