ENTREVISTA

José Cobo Cano: “La voz de la mujer en la Iglesia debe escucharse más que en el pasado"

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photo_camera José Cobo Cano, obispo auxiliar de Madrid.
Su intervención versará sobre la necesidad de caminar "unidos" –"es fundamental escuchar a todos los fieles, Dios habla a través de todos"

En pleno proceso sinodal, el Obispado de Ourense celebra desde hoy la Semana de Teología, una cita para reflexionar de forma conjunta sobre el futuro de la comunidad religiosa. Esta tarde inaugura Carmen Yebra, vicedecana de la Facultad de Teología de la USPA (Liceo, 20 horas). Mañana será turno del profesor de Pastoral Jesús Rojano y el viernes José Cobo Cano, obispo auxiliar de Madrid. Su intervención versará sobre la necesidad de caminar "unidos" –"es fundamental escuchar a todos los fieles, Dios habla a través de todos", asegura–. 

Su ponencia se titula “O vamos juntos o no iremos a ninguna parte". ¿Es una declaración de intenciones?

Sí, creo que es una música que se escucha mucho en estos momentos en la Iglesia, la misma que impulsó el papa Francisco. Habla de proponer habitar este cambio de época desde la experiencia de sinodalidad, que es caminar juntos. 

Ourense vive un proceso sinodal actualmente, en el que es clave la participación de los laicos. 

Muchos dicen que si esto son corrientes nuevas, pero la realidad es que ya empezó en el Concilio Vaticano II –a mediados del siglo XX–. Ya allí, los mismos padres conciliares decían que la Iglesia, en esta nueva etapa, iba a crecer a través de este estilo de caminar juntos. Lo que sí subrayamos nuevo es el entendimiento de que esto no es un gorro o un slogan que nos ponemos, sino que supone entender que somos un pueblo y que Dios nos ha llamado a cada uno, todos tenemos una voz. No es porque seamos mejores ni peores, es porque Dios ha puesto ahí esa voz y tiene que ser escuchada, tenemos esa convicción. Cualquier fiel cristiano tiene una palabra que decir. 

¿Cómo puede ayudar este proceso a frenar el individualismo de la sociedad actual?

Hay dos niveles muy importantes. Primero, todo Sínodo genera alrededor una forma de situarse dentro de la vida de la Iglesia, invita a que se sumen más personas a participar en el camino. Eso ya espabila, provoca, nos sitúa. Pero además, el Sínodo, de por sí, enseña, supone llegar juntos a reflexiones. Da lugar a buscar entre todos nuevas propuestas, nuevas luces. El ejercicio enriquece a todos los participantes. 

Los jóvenes también forman parte de este proceso. ¿Son cada vez menos?

Cuando el papa desarrolla la sinodalidad, pregunta a los jóvenes directamente. Quizás en número no son tantos, pero tienen un papel muy importante de igual forma. Tendremos no solo que escucharlos, sino ayudarlos a que identifiquen la voz de Dios. Ahora hay lugares muy especiales desde los que nos habla Dios, tanto los jóvenes como aquellos que llegan nuevos a nuestra Iglesia. 

¿Y el papel de la mujer también está cambiando?

Es fundamental que lo haga, está claro. Una Iglesia que se siente profundamente maternal es una Iglesia que tiene que aprender que su fortaleza es la vida laical, como pueblo de Dios. En estos tiempos, la sensibilidad, la presencia y la voz de la mujer tiene que ser escuchada de una forma mucho más amplia de lo que tiene sido en tiempos pasados. Es un signo de los tiempos actuales que se va incorporando a la vida de la Iglesia, que no puede entenderse sin la mujer.

Hay quien dice que las iglesias estarán vacías en unos años, ¿qué opina?

Yo creo que estamos asistiendo a un cambio de época, en general y también en la Iglesia. Vamos a pasar a una Iglesia no tanto de número, ni de influencia social, que lavamos perdiendo, pero nos vamos reinventando. En el futuro habrá pequeñas comunidades pero muy significativas, grupos de creyentes muy convencidos que saben ser testimonios en medio de sus pueblos.

DÓNDE: Liceo de la ciudad

CUÁNDO: Este viernes, a las 20,00 horas

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