José Ramón García es psicólogo del Grupo de intervención psicológica en catástrofes y emergencias (Gipce) del Colexio Oficial de Psicoloxía de Galicia, que trabaja con los alumnos para que superen este suceso traumático.
¿Qué labor desarrollan?
En la medida de lo posible se adaptan las clases. No se interrumpen, aunque las actividades no sean académicas, sino adaptadas a la pérdida de su compañero fallecido. Se trata de que los compañeros puedan preparar una despedida. Los compañeros intervienen en la clase, para que expresen las emociones. Y después habrá una intervención específica con aquellos que presenciaron este suceso, para que puedan expresar qué hicieron, qué no pudieron hacer y empezar poco a poco a gestionar un proceso de duelo que será un poco largo. Estaremos a disposición de alumnos y profesores y en el momento que ellos se retiren, generalmente a las 72 horas, si alguien necesita una atención especializada o alguna familia quiere pedir asesoramiento, se les facilitará a través del 112.
¿Por qué siguen las clases?
No es incompatible tener actividad con manifestar luto con un rincón con flores, elaborando una carta de despedida… Seguir la actividad permite hablar de lo que es la muerte en estos casos, cuanto más lo hables y exteriorices, mejor. Esto no quiere decir que no duela, pero es la forma de gestionarlo. Cuanto antes te metas en actividad, antes te permite gestionarlo y recordar al menor. Habrá gente que no quiera, pero ponerle palabras es lo mejor que se puede hacer, aunque se deben respetar los tiempos de cada uno.
