El fiscal reclama casi ocho años de prisión y la defensa plantea la absolución por legítima defensa
Donde el fiscal ve una tentativa de homicidio, el acusado, Manuel N.A. (20 años), un infortunio al tratar de defenderse de unos vecinos que lo acometieron tras una noche de diversión con motivo de las fiestas de Trives. O dicho de otro modo, donde el fiscal y la víctima ven lógica una pena de casi ocho años de prisión, el letrado que representa al procesado, su absolución.
Los hechos que sustentan el juicio celebrado ayer en la Audiencia ocurrieron el 14 de septiembre de 2015 sobre las seis y media de la madrugada. Previamente, el acusado, la víctima y dos amigos habían coincidido en distintos pubs de la localidad en donde ya exhibieron ciertos roces. Primero, porque uno prefería la música disco y los otros el karaoke. Después, ya en otro bar, por un papel que ardía en el suelo.
La noche subió de intensidad en el momento en que el inculpado, ya desde su casa, comenzó a arrojarle objetos de cristal a J.C.A., R.G.C. y A.R.V. Uno de ellos llegó a impactar en el brazo del primero. Esta fue la razón por la que dos de ellos subieron a casa de Manuel N.A. para recriminarle su actitud y ponerlo en conocimiento de su familia.
El fiscal mantiene que el acusado abrió la puerta, cuchillo en mano de 25 centímetros de longitud y sin mediar palabra, intentó clavárselo en el pecho de J.C.A con la intención de "acabar con su vida". No obstante, resultó lesionado R.G.C. en su brazo porque, en un acto reflejo, empujó a su amigo para apartarlo.
El inculpado asegura que los denunciantes fueron quienes se abalanzaron sobre él, y que abrió la puerta con un cuchillo en la mano porque estaba comiendo un bocadillo en la cocina.
Manuel N.A. ha justificado que sintió "miedo" y que reaccionó casi de manera instintiva para evitar que tirasen la puerta.
"Fue todo muy rápido", explicó al tribunal, insistiendo en que "en ningún momento" se dio cuenta de la gravedad de lo ocurrido, que calificó de "desgraciado accidente".
A consecuencia de las lesiones provocadas por la cuchillada, la víctima permaneció tres días hospitalizada y tardó 25 en recuperarse de la herida, que le seccionó la musculatura braquial y el bíceps humeral.
Miedo insuperable como alternativa
Tanto el fiscal como la acusación particular que ejerce el lesionado coinciden en la petición de siete años, 11 meses y 29 días de prisión por una tentativa de homicidio en grado de tentativa en concurso con un delito de lesiones consumado con instrumento peligroso.
Aprecian una falta de lesiones por las heridas a J.C.A. por el vaso que impactó en su brazo al ser arrojado desde la ventana y piden dos meses multa a siete euros al día. En cuanto a la indemnización, la fijaron en 5.628 euros, e incluyeron un alejamiento a 500 metros durante 10 años desde que cumpla la condena.
La defensa esgrime la legítima defensa y plantea la absolución por entender que no quiso hacer daño a nadie y destacó que la localización de la herida, en el brazo, descarta el ánimo de matar. No obstante, en caso de condena, planteó la atenuante de haber actuado el inculpado por "miedo insuperable".
