A lo largo de los tiempos la presencia de otros pueblos entre nososotros ha sido una constante. El porqué en un momento dado se apuesta por seguir una línea u otra tiene que ver con no pocas variables.

Judíos, conversos o lo que la historia y el momento nos marque

La historia se escribe y reescribe de muchas maneras, incidir en unos determinados matices y prescindir de otros, cuando también están ahí, es una manera muy particular de recontar la misma historia.
Cuando en 1989 un grupo de integrantes del colectivo teatral Abrente se establece como Centro de Estudios Medievais y decide (entre sus finalidades está la de recuperar el pasado) hurgar en una vía como la presencia de sefardíes entre los antiguos residentes, a más de uno le provocó un cierto repelús, pero José Luis Chao, el eterno presidente, y los demás siguieron a lo suyo. Hoy Ribadavia está integrada en la Red de Juderías de España, entidad de acción municipal -12.000 euros anuales que paga el Concello- que tiene como misión salvaguardar el legado de la cultura sefardí en España. Hoy, cualquiera que tenga la curiosidad de indagar, de buscar desde el exterior la presencia de comunidades judías descubrirá que Ribadavia está posicionada en el mapa de manera privilegiada.

La presencia de sefardíes en la Galicia medieval está constatada a través de diferentes escritos a lo largo de más de cuatro siglos, aunque su huella, al menos en lo monumental, sea más bien imaginaria. Aquí no han quedado para la historia sinagogas del calibre de la del Tránsito (Toledo), ni las de Segovia o Barcelona, por eso era necesario hurgar más allá de lo evidente. La supuesta sinagoga de Ribadavia es hoy un restaurante, con menús Kosher -recientemente se ha celebrado en él la 'Pesaj', la Pascua Judía- y anteriormente había sido un pub. En Ribadavia no existe un cementerio judío y la denominada 'Casa de la Inquisición' nunca fue tal, entre otras cuestiones porque el Tribunal de la Inquisición de Galicia -año 1520- estaba en Santiago y en la supuesta 'aljama', barrio judío, donde se suponía residía la comunidad sefardí no hay pistas físicas sobre ellos, entre otras cuestiones porque éstas no se diferenciaban sobre las de los otros residentes.

No hay evidencias físicas porque cuando los Reyes Católicos llegaron al trono y se encontraron con súbditos de tres religiones, cristianos, musulmanes y judíos, 'con leyes e instituciones propias y tributos distintos', tal como apunta la historiadora Mª Gloria de Antonio Rubio, optaron por instaurar la unidad de la fe: la conversión o la expulsión, cuestión, que la comunidad judía abrazó de manera interesada para mantener sus privilegios -eran adinerados e ilustrados que se dedicaban a cobrar impuestos, al comercio-; ante la continuidad en el tiempo de las prácticas judeizantes, la monarquía solicita al papa Sixto IV la correspondiente bula que derivó en la creación del Tribunal del Santo Oficio, año 1478 (en Galicia, en 1520), que no empieza a funcionar hasa 1574, aunque no es hasta principios del siglo XVII cuando por ese acto simulado de cristiandad y práctica del judaísmo en la intimidad llegan los primeros procesos, entre ellos el documentado Malsín -recreado en la Festa da Istoria-, que en 1606 supuso el procesamiento de 40 judíos, vecinos de Ribadavia (19), pero también portugueses (10) -refugiados que huían de la Inquisición-, vecinos de Ourense (4), Pontevedra (2), Verín (1); todos ellos denunciados por un desquiciado converso, Jerónimo Bautista de Mena.


¿ALLARIZ, OURENSE?

La presencia de judíos en la provincia está constatada, tal como apunta la historiadora De Antonio -empezó a investigar a partir de las pesquisas del Centro de Estudios Medievales- desde 1044 en Celanova, a través de una referencia documentada de un robo -los apuntes siempre están relacionados con el comercio, el cobro de deudas o los impuestos-; en Allariz, año 1289, 'Carta de Avenencia', en la que se insta a los judíos a vivir dentro de un espacio, judería, 'donde los cristianos no podían entrar ni los judíos salir' -reparto del territorio urbano e imposición de respeto en el culto-, y en Ourense, año 1395, cuando, según la historiadora, Lorenzo Fernandes afora un 'paredeiro que está a par de sinagoga', dando por hecho que existe. En el caso de Ourense, otro historiador, Carlos Barros, constata que en 1442 los Cadórnigas atacan la sinagoga y matan a judíos presentes en ella; los agresores serían excomulgados.

Nadie en Ourense ni en Allariz, desde la historia reciente, ha deseado enfatizar ese pasado de raíces judías y convivencia conjunta entre comunidades en el medievo, caso bien distinto al de Ribadavia. Está claro que la historia se reescribe.

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