Entona el "mea culpa" por haber tardado en ordenar diligencias para averiguar la autoría del anónimo
El instructor de la operación Zamburiña no ve motivos de nulidad en la trama de la Zamburiña contra el tráfico de drogas en la ciudad, un asunto en el que figuran cuatro policías nacionales imputados por supuestamente favorecer a algunos narcos.
El letrado de Josefa P.G., alias Pucha, planteó la nulidad del auto que autorizó los pinchazos telefónicos en base, entre otros argumentos, a que asuntos internos no aportó al inicio de las investigación judicial el anónimo que recibió por correo electrónico y que desencadenó las escuchas posteriores. El juez reconoce que, efectivamente, en un primer momento no tuvo en su poder el anónimo pero, según añade, no lo consideró indispensable ya que -añade- "no había motivos para dudar de los informes presentados por los agentes de asuntos internos cuando refieren haber recibido un anónimo e indican cuál era su contenido". Eso sí, entona el "mea culpa" por haber tardado en ordenar diligencias para averiguar la autoría del anónimo. "Es algo que habrá que apuntar en el debe tanto de este instructor como de los agentes de asuntos internos", dice el auto.
Y aunque el togado reconoce que el autor del anónimo pudo haber sido quien robó las armas (el agente que se suicidó el mes pasado), este hecho "no excluye las responsabilidades en que hayan podido incurrir los investigados por la posible comisión de un delito contra la salud pública".
Asimismo, mantiene enviar a reparto este sumario al decidir separar el robo de seis armas en la comisaría, el primer asunto que el magistrado conoció y que dio pie a la investigación posterior por tráfico de drogas.
