TRIBUNALES / OURENSE

El juez deberá decidir quién le pegó con el hacha en la cabeza

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photo_camera El acusado, Ramón Álvarez, en la sala del Juzgado de lo Penal 1 de Ourense.

La víctima afirma que fue su pareja, por rechazar una relación sexual, y él dice que se autolesionó 

Ramón Álvarez Dacosta, ourensano de 51 años, se sentó ayer en el banquillo del Juzgado de lo Penal 1, acusado de un delito de lesiones por el que el ministerio público elevó a definitivas la solicitud de una pena de cuatro años de prisión, por entender que se valió de un hacha que guardaba en el domicilio que compartía con su pareja para propinar a ésta un golpe con el filo en la cabeza y causarle una incisión, por la que tuvo que ser tratada quirúrgicamente.

El caso llegó a la jurisdicción penal después de una llamada de la mujer al 091, alertando de la supuesta agresión. Desde ese momento, la versión de los implicados difiere en la mayoría de puntos.

En su intervención admitió que el día 2 de julio de este año comenzó una discusión con su compañera, pero que "en ningún momento le di con el hacha. Yo la vi con ella en la mano, llegando incluso a amenazarme", apuntó. Por el contrario, ella se ratificó en las declaraciones prestadas en las dependencias policiales, afirmando que el golpe se lo propinó el acusado "porque se enfadó cuando le dije que no quería mantener relaciones sexuales justo en ese momento".

Preguntado por la fiscal, Ramón Álvarez apuntó que la que entonces era su pareja, con la que llevaba nueve meses de relación, "es muy dada a mentir" y que incluso ese día, después de la discusión "llegó a hacer el amago de autolesionarse con unos cuchillos de cocina".La mujer, que acudió en calidad de testigo, negó haberlo hecho y apuntó que en ese momento "él estaba borracho".

Reconoció también que después de haber recibido el golpe limpió la sangre que se había derramado tras la agresión antes de que llegase la Policía y luego se cambió de habitación "porque la otra había quedado revuelta". Cuando uno de los agentes se acercó a ella, que estaba sentada en la cama, la mujer le tomó la mano y se la llevó a la cabeza, a la zona de la incisión (parte superior). "Efectivamente, el pelo estaba húmedo y había restos de sangre, como si la herida fuese reciente", apostilló la agente.

A definitivas

En sus conclusiones, el ministerio fiscal aportó que el acusado "no dice la verdad", refiriéndose a que en las diligencias previas aseguraba haber visto a su pareja autolesionándose con el hacha "y ahora dice que la vio con el objeto en la mano pero que no vio cómo se golpeaba". Además, consideró las declaraciones de los agentes de la Policía Nacional que acudieron al lugar de los hechos, quienes declararon en calidad de testigos y coincidieron al afirmar que "en ningún momento se sorprendió cuando le dijimos que su mujer tenía un corte en la cabeza".

La defensa del encausado solicitó su libre absolución, considerando "inveraz" el relato de la limpieza de la sangre. "Si hubiese sangre en algún lado de la casa habría sido recogido por la Policía".

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