Está siendo investigado por el intento de homicidio de un operario forestal que recibió varios disparos

El juez ordena ingresar en Psiquiatría al hijo del matrimonio tiroteado en Taboadela

El hijo del matrimonio asesinado en Amendo (Taboadela) ingresó ayer en la Unidad de Agudos del Santa María Nai por decisión judicial tras declarar en relación con el tiroteo del brigadista. Es el principal sospecho de la Guardia Civil para esclarecer el fallecimiento de sus padres, que llevaban muertos 24 horas cuando los encontraron.
La Guardia Civil tendrá que esperar al menos una semana para interrogar a José Miguel Martínez Campos, el hijo y principal sospechoso del asesinato del matrimonio formado por José Martínez, de 65 años, y María Teresa Campos, de 63, hallado muerto sobre las 13,00 horas del domingo en el patio de su casa en Amendo (Taboadela).

El Instituto Armado ya lo tenía localizado y estaba siguiendo sus pasos, pero ayer ingresó por decisión judicial en la Unidad de Agudos del Santa María Nai después de ser reconocido por un psiquiatra en el Servicio de Urgencias del CHOU.

José Miguel Martínez fue citado hace días para que a las 11 de la mañana acudiera al Juzgado de Instrucción número 2 de Ourense a testificar por el tiroteo del brigadistas de Xunqueira el pasado 24 de septiembre.

La Guardia Civil también lo considera el principal sospechoso del tiroteo del brigadista, pero ayer, durante el interrogatorio, negó ser el autor. Martínez Campos estaba al corriente de lo que le había sucedido a sus padres y, según pudo saber este periódico, descartó que tuviera algo que ver con el asesinato.

José Miguel Martínez abandonaba el Juzgado pasadas las dos de la tarde para dirigirse al Servicio de Urgencias y allí ser reconocido por un psiquiatra. Poco después era internado, por decisión judicial, en la Unidad de Agudos del Santa María Nai. Durante todo el tiempo, estuvo siendo vigilado por una patrulla de la Guardia Civil y otra de la Policía Nacional.

La Guardia Civil centra la investigación del doble asesinato en el entorno de la familia. José Miguel Martínez es el principal sospechoso, pero en estos momentos ‘todas las hipótesis están abiertas’, afirmaron fuentes policiales.

A Martínez Campos le había sido intervenida una pistola el pasado 19 de abril después de que amenazara, como dio a conocer ayer La Región, a un compañero de Xinzo, tras de maniatarlo y colocarle una bolsa de plástico en la cabeza.

El presunto agresor fue detenido y quedó en libertad.

Los investigadores aún no encontraron el arma utilizada en el doble asesinato de Amendo y trabajan incluso con la posibilidad de que fuera obra de un sicario que alguien contrato, posiblemente en el norte del país vecino, para que matara al matrimonio. Esta hipótesis no es nueva para el instituto armado ya que trabajo con ella cuando fue tiroteado el brigadista de Xunqueira, Juan Carlos Limia y continúa formando parte de la investigación. De hecho, los agentes llegaron a intervenir con autorización judicial varios teléfonos móviles de posibles sicarios.

El matrimonio llevaba 24 horas muerto

La Policía Judicial de la Guardia Civil mantiene precintada la vivienda, en cuyo patio fueron hallados muertos, José Martínez y María Teresa Campos.

El matrimonio, según se desprende de los resultados de la autopsia, llevaba muerto 24 horas, desde las cuatro de la tarde del sábado. La mujer falleció tras recibir dos impactos de bala en la cabeza, perforándole una de ellas el cráneo. El hombre falleció cuando se disponía a podar unos árboles a causa de un disparo que le atravesó el cuello. Su cuerpo estaba situado a unos tres metros del de su mujer, justo entre la huerta y la entrada de la casa. La Guardia Civil analiza los casquillos y restos de plomo, que encontró junto a una pared en la parte baja de la vivienda. Los agentes no descartan que el homicida disparara varias veces en el interior de la vivienda, después o antes, de asesinar al matrimo nio. Durante la inspección ocular realizada en el inmueble y sus alrededores, los investigadores recogieron papeles, pelos, trozos de tela y midieron varias pisadas. ‘El asesino no dejó muchas huellas, las borró antes de marcharse’, afirmaron fuentes de la investigación.

Todo lo recogido está siendo analizado para contrastarlas con las huellas recogidas en el lugar en que fue tiroteado el brigadista de Xunqueira.


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