El juez instructor de las diligencias previas sobre el homicidio que le costó la vida a Tomás Milia (72 años) el 4 de octubre de este año ha vuelto a decretar el secreto de las mismas, lo que impide al abogado del imputado -el joven rumano con el que la víctima concertó un cita para mantener relaciones sexuales- conocer los pormenores de la investigación. Sólo el fiscal tiene conocimiento del contenido de las diligencias.
El instructor, Leonardo Álvarez, adoptó esta decisión 20 días después de levantar el secreto del sumario, una medida que adoptó desde que acudió al levantamiento del cadáver de la víctima en la mañana del sábado cinco de octubre.
La instrucción, aunque a nivel policial ya estaba conclusa, no así la judicial en tanto que el juzgado estaba a la espera de recibir el oficio requerido a la compañía telefónica para conocer el tráfico de llamadas efectuadas por la víctima y el supuesto homicida. Precisamente, el contenido de esta prueba pudiera justificar, según valoraron fuentes policiales, el que el magistrado optase por decretar el secreto de las actuaciones al objeto de realizar alguna averiguación más.
Otra de las pruebas requeridas por el juez fueron las últimas voluntades del fallecido para saber si llegó a cambiar el testamento en el que dejaba como heredero a su marido, con el que estaba en trámites de divorcio.
Asimismo, está pendiente saber si el juez decide obligar al imputado, Alexandru Marius Luca (18 años), a una prueba de saliva para determinar su perfil genético.
La instrucción, aunque a nivel policial ya estaba conclusa, no así la judicial en tanto que el juzgado estaba a la espera de recibir el oficio requerido a la compañía telefónica para conocer el tráfico de llamadas efectuadas por la víctima y el supuesto homicida. Precisamente, el contenido de esta prueba pudiera justificar, según valoraron fuentes policiales, el que el magistrado optase por decretar el secreto de las actuaciones al objeto de realizar alguna averiguación más.
Otra de las pruebas requeridas por el juez fueron las últimas voluntades del fallecido para saber si llegó a cambiar el testamento en el que dejaba como heredero a su marido, con el que estaba en trámites de divorcio.
Asimismo, está pendiente saber si el juez decide obligar al imputado, Alexandru Marius Luca (18 años), a una prueba de saliva para determinar su perfil genético.
