OURENSE

A juicio por 9 horas de rapto y violación de una adolescente

photo_camera Joaquin Manuel Oliveira Cunha, tras ser detenido (MIGUEL ÁNGEL)

Según la víctima, el acusado, tras agredirla sexualmente en varias ocasiones, la introdujo en un saco porque pretendía arrojarla al río. El inculpado asegura que las relaciones fueron consentidas

La Audiencia de Ourense sienta en el banquillo el 24 y 25 de septiembre a Joaquin Manuel Oliveira Cunha (35 años), el camionero detenido hace dos años por el supuesto secuestro y violación de una adolescente de 16 años a la que abordó e intimidó, según las acusaciones, cuando regresaba caminando a su casa de A Valenzá (Barbadás) pasadas las cuatro de la mañana del 15 de julio de 2012.

Tanto la acusación particular como la fiscal del caso solicitan, como pena principal 20 años y nueve meses de prisión por dos delitos (detención ilegal y un delito continuado de agresión sexual), agravados por ser la víctima menor de edad.

La cruenta historia que ahora llega juicio hace alusión a las nueve horas en las que supuestamente la víctima fue secuestrada y violada en una vivienda que la pareja sentimental del acusado tenía en Baiao, en el distrito luso de Porto. Para ello, según asegura la fiscal, la abordó cuando la menor regresaba a casa y hablaba con un amigo por el móvil a la altura de la calle Marcelo Macías, en las inmediaciones de la rotonda que da acceso a la N-525 y carretera de Piñor. Según esta versión, el inculpado se apeó del coche -marca Isuzu Dmax de color verde oscuro- y exhibió una navaja tipo estilete para que le entregase el bolso y subiera al vehículo. Dentro de éste -añade- la condujo harta el Alto do Esmoris, en Baiao, "persistiendo en la intimidación a través del uso de la navaja durante todo el trayecto".

Ya en la vivienda, la joven aseguró que le ordenó que se duchara antes de penetrarla reiteradamente por vía vaginal y anal hasta percatarse de que sangraba, por lo que -dicen las acusaciones- el inculpado "le ordenó que volviera a ducharse y le exigió que le chupara el pene".

Tras mantener relaciones sexuales con la menor, esta, tal como sostuvo, fue atada de pies y manos con una cinta adhesiva, dejándola encerrada en el baño por un tiempo hasta que regresó con un saco y la metió dentro para introducirla en el maletero con una piedra de hormigón y una cadena. El procesado paró el coche cerca de un río y ante las súplicas de la joven, quien había logrado zafarse de la cinta de manos y boca, la dejó salir del saco y la condujo hasta Valença do Minho, cerca de la estación de tren, dándole 200 euros, bajo amenazas de que no contara nada de lo sucedido.



Auxiliada en Vigo

La víctima utilizó el dinero para ir hasta la ciudad de Vigo, apeándose en la calle Ronda don Bosco, en donde pidió ayuda.

Por su parte, el letrado del acusado asegura que la joven prestó su consentimiento para mantener relaciones íntimas y que así se va deduciendo de sus sucesivas declaraciones que, según esta parte, "son contradictorias con la primera y con indicios de que efectivamente hubo un consentimiento prestado por la denunciante".

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