Una mayoría de ocho votos contra uno decide que el acusado mató conscientemente a un paisano en el año 2006

El jurado halla culpable de homicidio a un vecino de Albarellos con retraso mental

Sergio González, en el momento del veredicto. (Foto: MIGUEL ÁNGEL)
Una tarde de deliberaciones le bastó al jurado para alcanzar un veredicto. Sergio González, acusado de matar a Gregorio F.R. en septiembre de 2006 con unas tijeras de podar, es culpable de homicidio.
Ni asesinato, ni homicidio imprudente. Ocho de los nueve miembros del jurado así lo vieron. El noveno, se había pronunciado por el asesinato. 'No hubo grandes discusiones' al respecto de la calificación penal de los hechos, admitió el portavoz del jurado. Una mayoría del mismo (siete votos contra dos) se mostró partidario de tomar en consideración el retraso mental del acusado, calificado como moderado.

El jurado llegó a estas conclusiones teniendo en cuenta, en primer lugar, las declaraciones del propio Sergio González, que en la vista oral se reconoció autor de acabar con la vida de su vecino, en las inmediaciones de Albarellos. Un segundo elemento de análisis fueron las declaraciones de los testigos, quienes sostuvieron ser conocedores de las amenazas de muerte que en el pasado el acusado había proferido contra la víctima. En tercer lugar, el jurado tomó en cuenta las pruebas periciales, tanto toxicológicas como psiquiátricas.

El fiscal, a la vista del veredicto, no consideró procedente la revisión condicional de la pena y mantuvo la petición de 12 años de cárcel. En próximos días, se fijarán en sentencia los términos de la pena.

Todos los signos de golpes estaban en la víctima
El forense que asistió al levantamiento del cadáver de Gregorio F.R. afirmó que no 'observamos signos de lucha en el detenido'. Todos los golpes estaban en la víctima. No sólo las heridas mortales en la yugular y su entorno. Hubo lesiones 'características de brutalidad' y heridas 'típicas' de defensa. En cuanto al retraso mental del acusado, el forense lo calificó de leve. 'Las limitaciones de su inteligencia y voluntad son discretas'. ¿Cómo llegó a matarlo? 'En un contexto de ira, no pudo controlar su conducta porque no tiene capacidad de freno'. Una psiquiatra aseguró que el acusado tenía anulada la voluntad.

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