La Justicia dirimirá si fueron violadas las menores que se fugaron del centro de Montealegre

El inculpado para el que piden más condena, a la izquierda, junto a su abogado.
photo_camera El inculpado para el que piden más condena, a la izquierda, junto a su abogado.
Este jueves se ha vivido en Ourense el juicio contra dos hombres por, presuntamente, violar a dos menores que se fugaron del centro de Montealegre

S. y M. aún tenían 16 años cuando se escaparon del centro de menores de Montealegre, en Ourense, en enero de 2021. Cada una por su cuenta, aprovechando una salida educativa, pero coincidieron cuando vagaban por la ciudad y daban rienda suelta a su rebeldía adolescente. A partir de ahí, sus destinos se unieron por todo lo que compartieron en el centro de protección y por una sucesión de malas vivencias que las convirtieron en víctimas de dos graves delitos

A la primera, la localizó la Policía Nacional de Ourense y ya mostró más preocupación por su amiga que por regresar al centro. Ahí, saltó todo. S. contó cómo las habían captado para el negocio de la prostitución -un asunto que todavía está en instrucción con varios imputados- y relató una agresión sexual cuando ambas se fueron con dos chicos, a los que conocieron en las inmediaciones del centro comercial Ponte Vella, a escuchar música al piso de uno de ellos. 

Los dos jóvenes, Daniel Eduardo D.B. y Rainylxon M.G., fueron juzgados ayer en la Audiencia en una vista a puerta cerrada.  La fiscal reclama cinco años de prisión para el primero y once para el segundo. Sus abogados, la absolución porque aseguran que las denunciantes mienten y se contradicen.  Daniel, en prisión por robos, no admite ningún acto sexual con S. Su compañero de banquillo sí lo reconoce, pero dice que contó con el consentimiento de M.

Solo el abogado, Luciano Prado, quiso aclarar que “las tres declaraciones en instrucción prestadas por S. y la de hoy -por ayer- en el plenario hay incongruencias que ponen en entredicho que fueron forzadas, tan siquiera ellas mismas se ponen de acuerdo  sobre lo sucedido”.

Una de ellas mantiene que Daniel Eduardo la llevó a su cuarto y que la arrojó sobre la cama para a continuación tocarle los pechos. Según esa versión, ella opuso resistencia con patadas y tortazos y se negó a practicarle una felación. La otra menor describe algo similar, pero en este caso añade que Rainylxon le introdujo dos dedos en la vagina y la obligó a mantener sexo oral tras sujetarla con fuerza por el pelo y los brazos. La fiscal reclama más pena para él por la mayor gravedad del delito sexual. Las penas fueron solicitadas en aplicación de la “Ley del solo sí es sí” por, aclara la fiscal, “ser más beneficiosa para ellos”. 

La acusación pública no pasa por alto a la hora de pedir una condena que “ambas menores eran especialmente vulnerables al tiempo de ocurrir los hechos, por su edad, situación familiar y por el hecho de estar residiendo lejos de sus  familias en un centro de acogida”.

Ofrecimiento de casa y dinero a cambio de sexo

Antes de la agresión sexual, un peluquero de O Couto llamado Óscar les ofreció ayuda y hasta un lugar donde dormir porque, según les dijo, había ayudado a otras menores en su misma situación. El supuesto benefactor, que las obligó a tener relaciones sexuales como forma de pago por la ayuda prestada, las puso en contacto con una “madame” de Santiago que les habló de las bondades de la prostitución.

 Una de ellas decidió probar y se trasladó a Compostela, en donde llegó a ejercer hasta que la Policía Nacional desarticuló la organización criminal dedicada a la explotación sexual y corrupción de menores, con seis detenidos.

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