Los ladrones entraron en cinco viviendas de la ciudad entre la mañana del pasado viernes y la del sábado cuando su dueños no estaban en el interior, apoderándose de dinero en efectivo, joyas, material informático y otros objetos de valor. Durante el fin de semana, los delincuentes también asaltaron dos garajes del barrio de Barrocás, en los que forzaron las ventanas de otros tantos vehículos, sustrayendo diversos efectos que los dueños habían dejado en el interior.
Los pisos asaltados están situados en las céntricas calles Doctor Marañón, Progreso, Emilia Pardo Bazán y San Rosendo -los dueños de una de las viviendas están en México-. Los ladrones, para acceder al interior, según fuentes policiales, utilizaron el mismo 'modus operandi', tocar el timbre mientras juegan con la 'mirilla', la cual terminan por arrancar y, tras comprobar que no hay nadie, fuerzan la puerta, ocasionando el menor daño posible para no alarmar a los vecinos de las viviendas colindantes ni despertar sospechas a la hora de sacar el botín.
BANDA ORGANIZADA
La situación ha encendido la alarma en la Comisaría y en la Subdelegación del Gobierno, que el pasado día 1 de enero ya reconoció, en el transcurso de la reunión de la Junta Local de Seguridad, un 'ligero' aumento de los robos en viviendas particulares y locales comerciales en los últimos dos meses. De hecho, entre el viernes y el sábado del penúltimo fin de semana de junio fueron asaltados otros cuatro pisos en las calles Xoán XXIII, Paseo y Concordia, en los que se apoderaron de dinero, joyas y otros efectos de valor.
Los agentes sospechan que los autores forman parte de una banda perfectamente organizada que antes de perpetrar los robos vigila a los dueños de las viviendas y todo lo que se mueve a su alrededor. También ha detectado que suelen actuar a plena luz del día y utilizar guantes para no dejar huellas dactilares.
La Comisaría, tras la reunión de la Junta de Seguridad, acordó establecer controles policiales a diario en los accesos y salidas de la ciudad ante la sospecha de que los ladrones se desplazan desde otros puntos de la provincia, pero la vigilancia aún no ha dado resultado. Los controles continuarán en las próximas semanas abarcando al centro del casco urbano, donde han ocurrido los últimos robos.
BANDA ORGANIZADA
La situación ha encendido la alarma en la Comisaría y en la Subdelegación del Gobierno, que el pasado día 1 de enero ya reconoció, en el transcurso de la reunión de la Junta Local de Seguridad, un 'ligero' aumento de los robos en viviendas particulares y locales comerciales en los últimos dos meses. De hecho, entre el viernes y el sábado del penúltimo fin de semana de junio fueron asaltados otros cuatro pisos en las calles Xoán XXIII, Paseo y Concordia, en los que se apoderaron de dinero, joyas y otros efectos de valor.
Los agentes sospechan que los autores forman parte de una banda perfectamente organizada que antes de perpetrar los robos vigila a los dueños de las viviendas y todo lo que se mueve a su alrededor. También ha detectado que suelen actuar a plena luz del día y utilizar guantes para no dejar huellas dactilares.
La Comisaría, tras la reunión de la Junta de Seguridad, acordó establecer controles policiales a diario en los accesos y salidas de la ciudad ante la sospecha de que los ladrones se desplazan desde otros puntos de la provincia, pero la vigilancia aún no ha dado resultado. Los controles continuarán en las próximas semanas abarcando al centro del casco urbano, donde han ocurrido los últimos robos.
