Laura Opazo: "Prefiero un armario con buen fondo que un buen fondo de armario"

Laura Opazo, hija de ourensanos, pasó su infancia y adolescencia en la ciudad y después viajó a Madrid para estudiar Publicidad y Relaciones Públicas. Ahora es presentadora en el canal especializado Decasa y colabora en medios como esRadio, además de ser una influencer con más de 24.000 seguidores en Instagram y ejercer como modelo publicitaria. Acaba de publicar “Armario sostenible”, un libro donde llama a la necesidad de construir una moda honesta, que no sea dañina con el medio ni con las personas.

¿Qué opina de la situación del sector?

Tenemos un textil tremendo que no se valora, y compramos productos hechos en otros países con mucha menor calidad. En el libro he buscado ser crítica y a la vez aportar soluciones. Existen certificaciones que advierten de forma externa sobre cómo ha sido realizada una prenda a nivel medioambiental o de los derechos de sus trabajadores, pero en general la gente no conoce estas certificaciones y aún no nos preocupamos por ello. 

¿Podría mencionar algún proyecto sostenible dentro del sector textil?

Existen muchas firmas remarcables en este sentido como Xiro, con sus pantalones hechos en Galicia, o Luz de Nehca, de las pocas joyerías que trabajan con minerías sostenibles. En Ourense, tenemos entre otros a Inés Rodríguez, de Rir & Co, artesanía de vanguardia desde Allariz. Inés era funcionaria, pero decidió recuperar un telar y crear tejidos sostenibles, y tiene un taller precioso.

Usted es crítica con el “low cost".

Todos nos quejamos de lo poco que ganamos pero luego queremos pagar lo menos posible por las cosas. Debemos aprender a darles su precio justo. La gente que nació en los 90 o antes tiene una concepción distinta, pero a alguien que lleva toda la vida encontrando camisetas por 5 euros de repente 30 le va a parecer carísimo. Y el consumo tiene un efecto kármico: pagar tan poco tiene al final un efecto en nuestros propios salarios. La clase media hoy día vuelve a mermar, como una ensoñanación que duró unas pocas décadas. 

¿Qué opina del incipiente mercado de prendas de segunda mano?

Me parece muy interesante alargar el ciclo vital de una prenda. Este movimiento ha tardado más en llegar a España porque tenemos un sentido de la propiedad muy exacerbado. Quitando algún aprovechamiento de prendas entre miembros de la misma familia, vestir ropa de segunda mano se asociaba a personas pobres. 

En cuanto a las tendencias, ¿cambian demasiado rápido?

Precisamente sirven para acelerar el consumo. Buscan que te sientas rechazado lo más rápido posible, somos como perros siguiendo una zanahoria. De media, nos ponemos una prenda solo 6 o 7 veces. Y la mayoría de ellas, al estar compuestas por fibras mixtas, no son fáciles de reciclar. Además, materiales como el algodón al reutilizarse pierden calidad, así que las prendas acaban pasando directamente a la incineradora, creando una gran contaminación. 

¿Se empeña el sistema en fomentar el usar y tirar?

Ocurre algo similar con la tecnología, recordemos la polémica del iPod cuya batería estaba programada para durar 18 meses y era irremplazable, obligando a comprar otro nuevo. Tengo una amiga que trabaja en reciclaje textil y recibe prendas que aún tienen hasta la etiqueta. Debemos tener en mente que es más importante un armario con buen fondo que un buen fondo de armario. Recordemos el desplome del taller Rana Plaza en Bangladesh, donde murieron tantas personas. 

¿Tienen las campañas de marketing parte de culpa?

Sí, y se cuelan entre nuestras debilidades, así que es importante conocernos como consumidores para no dejarnos llevar por todo lo que nos cuenten. 

¿Se ha convertido la mascarilla en el complemento de moda?

Ante todo está para protegenernos, y ya que tenemos que usarla por qué no buscar un diseño que nos guste. También sería interesante potenciar su reutilización y evitar también aquí el consumo de usar y tirar. 

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