El arzobispo de Santiago, Julián Barrio, ofició la ordenación recordando el verdadero significado del ministerio episcopal

Leonardo Lemos apela a la vocación en su primer discurso como obispo

La imposición del libro de los Evangelios es uno de los pasos de la ordenación episcopal. (Foto: JOSÉ PAZ)
Los fieles ourensanos recibieron con solemnidad y entusiasmo a su nuevo obispo, Leonardo Lemos Montanet, que ayer tomó posesión de su cargo en un doble acto en el que también fue consagrado obispo.
Lo hizo en la Catedral de Ourense, capital de su Diócesis, ante 250 sacerdotes y 21 obispos y arzobispos, entre los que se hallaba el nuncio del Papa, Renzo Fratini, y a los que a última hora se sumaron el emérito de Vigo, monseñor José Cerviño y el arzobispo de Tánger, Santiago Agrelo. En el apartado de autoridades religiosas destacó también la presencia de los tres obispos anteriores de Ourense. Son el prelado de Tui-Vigo, Luis Quinteiro; el obispo emérito de la misma diócesis, José Diéguez Reboredo, y el arzobispo de Valencia, Carlos Osoro, así como Camilo Lorenzo, natural de Ourense y obispo de Astorga.

En la Catedral, dio la bienvenida al nuevo prelado el arzobispo de Santiago, Julián Barrio, que en su homilía agradeció a Lemos 'el fiel servicio a la Iglesia compostelana, en un día de gozo y esperanza para Ourense'. Se centró en el examen de lo que es el ministerio episcopal, defendiendo a los débiles y 'atendiendo al pueblo de Dios sin olvidar a los alejados y sin tener miedo a nadie'. El metropolitano resaltó, finalmente, las tensiones actuales de todo tipo, en las que debe prevalecer 'la esperanza ante la amenaza por mitos ilusorios y por el pesimismo de sueños que se desvanecen'. Y en gallego, dijo a los fieles que 'a Igrexa non é unha mera sociedade relixiosa ou empresa, senón unha comunión de fillos de Deus; a nosa inquietude non é buscar poder, prestixio ou estima, senon conducir ós homes cara Xesucristo'.

El nuevo obispo, Leonardo Lemos Montanet, expresó a todos su gratitud, comenzando por los sacerdotes: 'Necesito sentiros cerca ya que estamos unidos por unos vínculos sacramentales y juntos somos responsables de esta Iglesia'. En segundo lugar, resaltó la pastoral vocacional, que será 'uno de los objetivos pastorales de mi pontificado' porque, 'si tenemos buenos sacerdotes, habrá vocaciones y jóvenes que lucharán por vivir la vocación santa del matrimonio; surgirán en nuestras parroquias asociaciones y grupos apostólicos, que tanto necesitamos'. Tuvo también un recuerdo para la sociedad sacerdotal de la Santa Cruz, a la que pidió 'que me sigais acompañando con vuestra fraternidad y oración, siendo fieles a vuestra vocación, y muy unidos a todos los sacerdotes'.

Pidió a las familias ayuda 'para ser un valiente defensor de esa realidad construida sobre el amor fiel de un hombre y una mujer'. Y por último se dirigió a los niños y jóvenes del siguiente modo: 'Quixera dicirvos que non teñades medo a abrir as vosas vidas a Cristo, el é o gran amigo que está ó voso lado e que nunca vos traizoará'; sin olvidar la necesaria atención 'ás institucións de caridade e beneficencia, dirixidas pola Dióecese; na medida en que sexamos xenerosos e saibamos compartir gañaremos máis en humanidade'.

Tras recibir la mitra, el anillo y el báculo (regalo de los seminarios Mayor y Menor de Santiago), Leonardo Lemos ofició su primera eucaristía como obispo de la Diócesis. Hoy celebrará la primera misa en la Catedral, a las 12 horas.

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