“Me llegué a creer tan inútil que volví con él varias veces"

No hay un perfil único para las víctimas de la violencia de género, pero sí existen unas pautas del maltratador que se repiten habitualmente. 

Entre ellas, el aislamiento paulatino de la mujer, alejándola de su entorno; la eliminación de su autoestima; hacerla sentirse culpable de la situación; hacerla dependiente a todos los niveles o aterrorizarla.

"Antes de dar el paso definitivo, me separé y volví varias veces. Estaba segura de ello, pero cuando me veía sola y veía a lo que me enfrentaba, me derrumbaba y estaba segura de que no iba a saber. Tanto repetirme que era una imbécil y que era tonta y que sin él no valía para nada, me lo creí totalmente. Y así, acababa prefiriendo las palizas que enfrentarme al mundo", explica Ana María ( nombre supuesto ya que, aunque finalmente logró separarse y empezar una vida nueva, sigue sin querer ser identificada).

Para ella también fueron muy difíciles las idas y venidas:"No sólo porque volvía a mi casa con mi maltratador, sino porque cada vez tenía menos apoyos, ya que mis hermanas y mi entorno dejaron de creerme, y me decían que estaba así porque quería, que no tenía porque aguantar. Es difícil entender el grado de sometimiento que llegamos a tener. Yo ahora los entiendo, pero entonces no era capaz de hacer otra cosa", indica Ana María.

Los expertos afirman que es habitual que, al menos unas tres veces, se vuelvan atrás las maltratadas en sus denuncias, ya que el maltratador antes de dar el primer golpe, ya ha logrado la anulación psicológica de la mujer. También destacan la importancia de ofrecerle una información completa de cómo será todo el proceso y de las dificultades que conlleva.

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