La edil Ana Garza prometió mejoras en el asfaltado y pidió ‘paciencia’ a los titulares de los puestos

La lluvia inunda varios puestos de la feria en Oira ante el malestar de clientes y feriantes

El mal tiempo castigó a los asistentes a la primera feria en Oira con rachas de viento y lluvia que ‘aguaron’ la tradicional comida. La edil de Comercio, Ana Garza, prometió arreglos, pidió paciencia y lamentó ‘que os deuses non estén connosco’.
El dicho de ‘nunca llueve a gusto de todos’ perdió ayer todo su significado en el estreno de Oira como ubicación eventual de la feria, coincidiendo con el inicio de las obras de reforma en el Campo da Feira.

El temporal que arreció durante la mañana, con fuertes rachas de viento y lluvia, deslucieron el tradicional evento gastronómico, para enfado de los taberneros y pulpeiras que nunca aceptaron de buen grado la ubicación dispuesta por la Concejalía de Comercio y tuvieron que afanarse ayer achicando el agua que inundaba sus puestos.

La concejala de Comercio, la nacionalista Ana Garza, tenía programada una visita al paseo fluvial de Oira, lugar en donde se instalaron los puestos. Llegó a mediodía entre paraguas y reproches de los feriantes. ‘Está claro que os deuses non están da nosa parte’, señaló la concejala, quien prometió que el asfaltado del paseo será arreglado en próximos días (en sus baches se formaron grandes charcos) y pidió ‘paciencia y comprensión’ a los titulares de los puestos. Asimismo, señaló que ‘poremos todo da nosa parte para que estén a gusto’.

Quejas

En respuesta a las quejas de pulpeiras y taberneros, que siguen pensando en Expourense como un lugar más idóneo, Ana Garza recordó que se trata de un lugar privado por el que habría que pagar tasas. Ensalzó, sin embargo, que Oira es un entorno ‘agradable, con bos accesos, servizo excelente de autobuses e moi vistoso’.

No obstante, los feriantes no piensan lo mismo, y ayer nadie se atrevía a quitarles la razón. A las inclemencias meteorológicas evidentes (no sólo empapó la lluvia, pues las bolsas de agua acu muladas en los toldos se desplomaron sobre algunos viandantes) se le sumó el hecho de que la carretera de acceso se encuentre cortada a causa de unas obras de la Confederación Hidrográfica, por lo que los usuarios tenían que desviarse hasta el barrio de O Vinteún. Estas obras, según Ana Garza, está previsto que finalicen mañana.

El malestar entre los titulares de los 31 puestos instalados en Oira era palpable y notorio. Las ‘pulpeiras’ destacaban que el día no estaba siendo en absoluto rentable dada la escasa afluencia de clientes. ‘Viñemos aquí a pasear, porque o de gañar, nada’, lamentaba Concha González junto a la olla de cobre donde cocía el pulpo. Los taberneros señalan que los tradicionales comensales se arredraron por culpa del mal tiempo ‘e de que Oira está moito máis afastado que o Campo da Feira’.


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