Tras más de un año en blanco por la pandemia, el local de la asociación de vecinos de Peliquín reabrió ayer sus puertas, cerradas a cal y canto desde el 14 de marzo de 2020. Lo hizo con dos clases de yoga y pilates, una a las 16,00 horas y otra hora y cuarto después. En ambas se cubrió el aforo, de 10 personas, mostrando el deseo de los vecinos por recuperar la normalidad. Disfrutarán de esta actividad todos los lunes, y los viernes habrá aún más movimiento, con sesiones de baile latino. El resto de días, añade el portavoz de la asociación vecinal, Ricardo Vázquez, habrá “xogos de cartas e parchís, e falaremos todos xuntos”, que no es poco. En cualquier caso, no se olvida el covid, y el centro cívico está equipado con todo lo necesario: una alfombra para desinfectar los pies, dispensadores de gel, secadores de manos eléctricos…
Ahora esperan que esta buena noticia se expanda por todo el municipio y el resto de asociaciones vecinales recuperen también su actividad. Pero hay una complicación añadida: su presupuesto se redujo durante el último año.