El templo precisa una urgente limpieza integral para mejorar su imagen

La maleza campa a sus anchas por paredes y escaleras de la Catedral

Basura en una de las esquinas exteriores de la seo. (Foto: JOSÉ PAZ)
El patrimonio de la ciudad parece estar condenado a convivir con las malas hierbas. Le pasa al Puente Romano y le sucede también a la Catedral, entre cuyas piedras se cuela la maleza, que cuelga de los tejados y crece en sus paredes prácticamente sin hacer distinciones. La basura es, además, un problema añadido en algunas zonas, como es el caso de las escaleras exteriores, en las que pueden verse desde una lata de refresco a envoltorios.
El delegado diocesano de Patrimonio, Miguel Ángel González, reconoce que la Catedral acomete 'todos los años la limpieza de los canalones y bajantes, así como la basura que dejan las palomas' pero que, sin embargo, 'las limpiezas verticales de las fachadas tienen un coste de entre 12.000 y 15.000 euros que la Catedral no puede asumir'. Con todo, explica que 'la parte de abajo del exterior sí se limpia dos veces al año, una vez que pasan las lluvias, antes del Corpus y en verano'.

HUMEDAD

A juicio de Miguel Ángel González, 'es complicado' mantener el monumento libre de maleza durante mucho tiempo, tal y como lo demuestra el hecho de que 'los edificios antiguos con dificultad para su limpieza, como pasa con éste o con el Puente Romano están llenos de hierbajos. Pasa incluso con el Puente del Milenio, que es una obra reciente'.

La Consellería de Cultura, que tiene las competencias en la conservación del patrimonio, tiene previsto acometer unas obras en la Catedral, que incluirán la limpieza 'superficial de plantas que crecen na superficie ou nas xuntas da pedra, e a retirada de terra, excrementos de paxaros, etcétera. Esto farase nas terrazas, balcóns, e mesmo canalóns ou partes da cuberta de tella onde se actúe', según consta en la memoria del anteproyecto que, no obstante, afectará únicamente a parte de las cubiertas del edificio. Para el resto del monumento no hay, al menos de momento, ningún proyecto de limpieza en marcha.

La imagen de la maleza en las paredes de la Catedral es ya un problema recurrente ante la falta de programación de limpiezas periódicas de sus fachadas, tal y como ocurre en otros monumentos.

Por otro lado, la humedad es uno de los principales enemigos de este monumento, hasta el punto de que las intervenciones realizadas en los últimos años han estado orientadas a reducir o acabar con las repercusiones de este problema en el interior del templo o bien para intentar impermeabilizar algunos puntos de la cubierta. Sin embargo, fueron intervenciones puntuales que no lograron resolver la situación en todo el conjunto.

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