Manuel Ayllón disertó sobre la España del pintor aragonés y la relación con la duquesa de Alba

Manuel Ayllón : 'El Goya que no sufría se hizo rico, cuando amó se convirtió en un pintor universal'

El arquitecto y escritor Manuel Ayllón participó ayer en el Foro La Región, donde cautivó con su particular visión de Francisco de Goya, para poner en relieve la figura de un aragonés que fue mucho más que un genial pintor. ’Goya son tres cosas: aventura vital, circunstancias políticas y no un pintor, sino la pintura’, alegó. Y en esa otra visión resurge con fuerza su absoluto enamoramiento de Cayetana de Alba, con la que pasó de ’dominante a sumiso’, pero también ’de hombre a genio’.
Francisco de Goya y Lucientes es para la mayoría de los mortales un genial pintor aragonés. Pero es eso y mucho más. Así lo desvela Manuel Ayllón en su libro ’El enigma de Goya’ y así lo ratificó ayer en en el Foro La Región. Este ’planteamiento inusual’ de la figura de Goya, como al propio arquitecto y escritor le gusta puntualizar, desvela una apasionante vida de líos de faldas, de contradicciones y una vinculación directa con la historia política del momento. ’Goya no fue exiliado, se fue a Burdeos con pasaporte del Estado y hecho un señor. ¿Qué patente de corso tenía para que Fernando VII no pudiese con él? Ese es el enigma’. Esta palabras de Ayllón son un claro ejemplo de que la vida del pintor tiene mucha más trascendencia que la de su mera pintura. De hecho, para el ponente ’Goya son tres cosas: aventura vital, circunstancias políticas y no un pintor, sino la pintura’, haciendo, curiosamente, de este última cualidad el ’aspecto que menos me interesa’. La conexión de estas tres líneas es algo que tiene presente en todo momento: ’Goya se explica en sus cuadros, y éstos explican lo que está pasando en cada momento en España’, aseveró.

El hombre modesto, mujeriego, dominante, que utiliza la pintura ’como una manera de ganar dinero para vivir y no como una forma de vida’ cambia tras conocer a Cayetana de Alba, una mujer que lo sedujó y lo enamoró ’como un pardillo pese a ser la negación de su ser’. En el sufrimiento y la humillación de un amor no correspondido ’murió el hombre, pero nació el genio’. Y tras su muerte, ’vive en la locura’ y ’muere en la absoluta indigencia’. En definitiva, ’el Goya que no quiere, no sufre y no ama se hace rico, el que sufre y ama se convierte en el pintor universal’, alegó Aylón.

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