La caja negra del tren que descarriló el 21 de agosto del 2006 en Villada (Palencia) registró que el maquinista pulsó dos veces el botón de conformidad con la señalización, según declaró ayer un técnico de Adif en el juicio que se sigue en un Juzgado de lo Penal palentino.
Un técnico de seguridad y circulación del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) aseguró ayer durante la vista que se sigue en un Juzgado de lo Penal de Palencia por el descarrilamiento del tren en Villada (Palencia), en el que murieron siete personas, dos de ellas una pareja ourensana Diego Fernández y Mercedes Fernández, que la caja negra del convoy recogió que el maquinista pulsó dos veces el botón de conformidad con la señalización y el cambio de aguja al entrar en la estación de Villada.
El experto de la compañía ferroviaria, que declaró en el juicio como testigo de la Fiscalía, reiteró durante la vista que los datos registrados en la caja negra no pueden ser manipulados. Podría darse el caso de que determinadas circunstancias de la ruta no quedaran grabadas, pero si aparecen en la caja negra es porque se han producido, aseguró.
El maquinista, único imputado por el accidente, que se enfrenta a una pena de dos años y medio de prisión por siete delitos de homicidio imprudente y otros 95 delitos de lesiones, también imprudentes, declaró el lunes, durante el primer día de vista oral, que nadie le había advertido de la señalización y del cambio de aguja al llegar a la estación.
Indemnizaciones por daños y secuelas
En el descarrilamiento del tren, que cubría la línea A Coruña-Vigo/Bilbao-Hendaya, fallecieron siete personas y 95 resultaron heridas. La vista se prolongará hasta el próximo viernes. Por la sala ya pasaron ayer algunas de las víctimas, entre ellas una mujer que viajaba en el primer vagón del convoy, en el que se registró la mayor parte de las víctimas mortales. La mujer relató en la sala que a consecuencia del siniestro padece secuelas físicas y que tuvo que ser sometida a tres intervenciones quirúrgicas, una de ellas de cirugía estética. Durante la jornada está previsto que declaren dos testigos propuestos por la defensa del maquinista. El fiscal solicita que las víctimas sean indemnizadas con 1.642.000 por daños y secuelas y centra la responsabilidad civil directa en la aseguradora AXA Corporate Solutions y de forma subsidiaria a Renfe.
El experto de la compañía ferroviaria, que declaró en el juicio como testigo de la Fiscalía, reiteró durante la vista que los datos registrados en la caja negra no pueden ser manipulados. Podría darse el caso de que determinadas circunstancias de la ruta no quedaran grabadas, pero si aparecen en la caja negra es porque se han producido, aseguró.
El maquinista, único imputado por el accidente, que se enfrenta a una pena de dos años y medio de prisión por siete delitos de homicidio imprudente y otros 95 delitos de lesiones, también imprudentes, declaró el lunes, durante el primer día de vista oral, que nadie le había advertido de la señalización y del cambio de aguja al llegar a la estación.
Indemnizaciones por daños y secuelas
En el descarrilamiento del tren, que cubría la línea A Coruña-Vigo/Bilbao-Hendaya, fallecieron siete personas y 95 resultaron heridas. La vista se prolongará hasta el próximo viernes. Por la sala ya pasaron ayer algunas de las víctimas, entre ellas una mujer que viajaba en el primer vagón del convoy, en el que se registró la mayor parte de las víctimas mortales. La mujer relató en la sala que a consecuencia del siniestro padece secuelas físicas y que tuvo que ser sometida a tres intervenciones quirúrgicas, una de ellas de cirugía estética. Durante la jornada está previsto que declaren dos testigos propuestos por la defensa del maquinista. El fiscal solicita que las víctimas sean indemnizadas con 1.642.000 por daños y secuelas y centra la responsabilidad civil directa en la aseguradora AXA Corporate Solutions y de forma subsidiaria a Renfe.
