Crece la indignación vecinal en Marcelo Macías. Después de cerca de un año sufriendo los perjuicios de esta obra, algunos de los habitantes del barrio sostienen que no fueron avisados de la reapertura al tráfico en ambos sentidos y que ayer por la mañana, sin tiempo a leer lo publicado por la prensa, se sorprendieron con multas por estacionar en zonas que les habían sido habilitadas durante el transcurso de la intervención. Quienes residen en los alrededores de esta vía comentan que, hasta ese momento, habían sido informados de forma constante para saber dónde podían aparcar según la zona concreta en la que se centraran los trabajos, como compensación por las molestias.
María Jesús González es una de las vecinas damnificadas. “Durante a noite anterior, non vira nin un cartel na rúa. E os axentes dixéronme que me multaron porque non puideron localizar ao propietario do vehículo, cando temos todo pagado. Para cobrar impostos si que non teñen problema”, compara González, quien sostiene que en lo acontecido hay un “afán recadatorio”. Así recuerda esta vecina lo acontecido en la mañana de ayer: “Oín un ruído e baixei á rúa. Non chegou a engancharse a grúa ao coche, pero tiven que pagar 82 euros”. Además, se enfrenta a una sanción de 200 euros, 100 en caso de pronto pago. Comenta que, al dirigirse a la Policía Local, su respuesta fue que enviaran un escrito para recurrir la sanción.
Esta polémica se suma a las críticas a la obra en cuanto al modelo de ciudad que promueve. Elvira Carregado, secretaria del Colegio de Arquitectos, explica que “se ha aprovechado poco esta intervención de cara a generar ciudad y aumentar las aceras. La actuación ha pensado más en los coches que en los peatones. Habría que diseñar pensando en materia de urbanismo, no de tráfico”.
