María :“los días malos de ahora son días de gloria comparados con los de antes"

“Llevo ochos años con el grupo, aunque después de los primeros tres tuve una seria recaída, y ahora llevo cinco aguantando. Cuando tuve esa caída, me costó mucho volver a entrar, pero lo hice y estoy muy contenta”

María afirma que en su caso empezó a beber “porque no me encontraba a gusto conmigo, quería una vía de escape, quería beber con los demás, y lo hacía con tanta rapidez que no lograba parar. Después sufría por no haber sabido parara como los demás a la tercera copa”. Recuerda que “no entendía, no sabía lo que me pasaba y le echaba la culpa a los demás”. María tenía pareja, trabajo e hijos. “había logrado mis sueños materiales, tenía lo que se suponía que quería, y sin embargo no era feliz, no estaba bien, no tenía ninguna autoestima”. Afirma también que ella no era un caso al uso, “las mujeres normalmente se esconden para beber, y yo era, en ese sentido, una chulita, me comía el mundo entre copas, retaba a que me siguieran el ritmo”. Su primer encuentro con el grupo de AA lo recuerda como “llegar a un lugar en el que te encuentras frente a gente que vivían como yo, que les pasaba lo que a mí, que esto es una enfermedad”. Reconoce que no se trata de un camino fácil, “tienes que tener claro que no quieres seguir con la vida que llevas, pero los días malos de ahora son días de gloria comparados con los de antes. Sé donde dejo mi coche, me acuerdo de todo lo que he hecho, no tengo nada de lo que avergonzarme, controlo mi vida”.

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