Las mariposas ourensanas, un tesoro a merced de los incendios

La provincia de Ourense cuenta con una gran diversidad de mariposas, con 115 especies registradas, aunque no se distribuyen de forma homogénea por el territorio. Xosé Lois Rey, coordinador de la sección de Entomología de la Sociedade Galega de Historia Natural, explica que “o punto de maior variedade é, con diferencia, o Parque Natural Serra da Enciña da Lastra, con 109 especies en pouco máis de 32 quilómetros cadrados”. Otras zonas de interés, como enumera el experto ourensano, son “o Parque Nacional da Baixa Limia- Serra do Xurés, o Macizo Central e a Serra do Eixe”. Y las mariposas de la provincia están en peligro. Rey pone sobre la mesa que “unha das principais causas do seu declive son os incendios forestais. Nin sequera os adultos poden fuxir deles, e as larvas moito menos. Ademais, cos lumes desaparece a vexetación na que viven, e a súa recolonización é lenta ou inviable, sobre todo no caso de especies con baixas densidades e cun ciclo vital complexo”. Ourense cuenta con varios ejemplos de este tipo. La aricia morronensis, por ejemplo, depende de una planta específica para sobrevivir. Además, el cambio climático reduce el hábitat de especies como la erebia triaria a los picos más altos. Erebia triaria APARECE CADA CIEN AÑOS Entre la fauna ourensana, pueden destacarse algunas especies de mariposa por su interés y sensibilidad. Una de ellas es la polyommatus amandus. Arquivos Entomolóxicos- Revista Galega de Entomoloxía publicó en 2011 un estudio en el que se hacía constar la presencia de tres colonias de esta especie en el Macizo de Trevinca tras más de un siglo sin registros en toda Galicia. Esta mariposa, cuyo número de ejemplares es calificado por los expertos como “escasísimo”, fue detectada en prados húmedos a más de mil metros de altitud pertenecientes a la localidad de Casaio. Había sido en esta misma zona donde se registró en 1906, por primera y única vez, la existencia de esta especie. Sus descubridores fueron dos entomólogos británicos de renombre, Thomas Algernon Chapman y George Charles Champion. En esta nueva ocasión, los investigadores José Álvarez, Rafael Estévez y Tito Salvadores llegaron a observar una hembra de esta especie poniendo huevos sobre una planta trepadora silvestre, la Vicia cracca, la cual valoran a su vez como una variedad “muy escasa en nuestra comunidad pero presente en algunas zonas de esta sierra”. Esta circunstancia ayuda a explicar tanto la carestía de la especie como su ubicación. En un segundo avistamiento, Álvarez y sus compañeros contrastaron de nuevo la presencia de dicha planta, del grupo de las leguminosas. MARIPOSA GLACIAL La erebia triaria resiste desde la época de las glaciaciones en la provincia. “Só sobrevive nas zonas montañosas con certa altitude. Pode atoparse no Xurés, no Macizo de Pena Trevinca e no Macizo Central. E a poboación do Xurés esta moi ameazada polos incendios forestais. De feito, describiuse unha nova subespecie propia desta zona da que non se teñen novas nos últimos trinta anos e está presumiblemente extinta a causa dos lumes”, argumenta Rey. También vive en la provincia la erebia palarica, “unha das erebias de maior tamaño do mundo e outra que sobreviviu das glaciacións que se produciron en Galicia. Na provincia de Ourense está restrinxida ao Macizo Central e o Macizo das Trevincas. Como todas as erebias do sur de Europa, está fortemente ameazada polo cambio climático. Ao subir as temperaturas e suavizarse os invernos, ten que ascender a maior altitude, ata que esa posibilidade remata. As larvas necesitan pasar o inverno nun estado de letargo por debaixo dos cero grados. En caso contrario, non poden formar a crisálide e morren”, lamenta Rey. Erebia palarica. Otros ejemplos de especies localizadas en zonas de gran altitud son la satyrus actaea, que solo aparece a más de mil metros de altura en el Macizo de Pena Trevinca, o la hyponephele lupina, con menos de diez citas conocidas, todas ellas tras avistamientos en zonas de vegetación baja en las montañas de la provincia. Otra variedad singular es la zerynthia rumina, recogida en el catálogo de especies amenazadas a pesar de estar distribuida por toda la provincia, ya que solo puede ser vista durante un mes, al inicio de la primavera. Otra especie que solo aparece en esta época es la tomares ballus, apenas vista en los montes de Verín. Satyrus actaea. MAESTRAS DEL ENGAÑO Hay variedades con ciclos de vida muy específicos. Un ejemplo es la aricia morronensis. Además de vivir en zonas de mucha altitud, “aliméntase só dun grupo de prantas, as agullas (erodium carvifolium). Ademais, para completar o seu ciclo vital, precisa dunha formiga, e pasa os invernos no interior dos formigueiros como larva”, precisa Rey. La maculinea alcon sigue un ciclo similar. Las larvas de esta mariposa buscan hormigas para que las lleven a su nido, engañándolas con feromonas. Gracias a esta substancia, las hormigas las confunden con sus propias crías. Por si fuera poco, una vez dentro del hormiguero, la intrusa no solo devora la comida de los sociales y trabajadores insectos, sino que se alimenta de larvas de hormiga. El engaño dura hasta que la larva de mariposa completa su transformación a la etapa adulta, y entonces la atacan sin mucho éxito. Y la cuestión va aún más allá: la mariposa es a su vez parasitada por unas pequeñas avispas que logran que las hormigas luchen entre sí gracias también al efecto de una feromona que segregan. Y la planta que comen las larvas de mariposa, una gentiana, solo crece en terrenos húmedos muy específicos. Maculinea alcon