Marta Rivera de la Cruz acude hoy al Foro La Región -a las 20.15 horas en el Liceo- para presentar su último libro, 'La boda de Kate'. Previamente, participará en el ciclo 'Encuentros con Autor' en la Librería La Región de la calle Paseo (19.15 horas) .
¿Por qué se decidió por una historia de amor tardío para este libro?
Más que el amor tardío es el amor recuperado, la segunda oportunidad a un amor de juventud. Kate y Forster fueron uno el primer amor del otro, y 50 años después él vuelve a pedirle que se casen. Y está contado en cierto tono de comedia, con la boda de los dos como trasfondo.
¿Qué le inspiró?
Por una parte, conocí a una mujer, hace ya muchos años, que me habló de que había aparecido en su vida su primer novio, y no sabía qué hacer, porque era un hombre que le gustaba mucho y del que se había separado por culpa de la guerra y que se había ido a la ciudad. Por otra, hace dos o tres años, vi en una revista un obituario de una mujer que decía que se había casado a los 65 años con un hombre al que había rechazado tres veces, y me pregunté qué te lleva a casarte con alguien con quien no quisiste hacerlo antes. Y uniendo esas dos historias, salió 'La boda de Kate'.
¿Se vive de modo diferente el amor a esa edad?
La ilusión a los 70 años es distinta que a los 20, pero puede ser más intensa, porque uno ya tiene la conciencia de que a lo mejor se le está presentando la última gran oportunidad de su vida. Una persona con 20 años sabe que detrás de un amor podrán venir otros, pero una de 70 quiere aprovechar y exprimir lo que venga y agradecérselo a la suerte y la vida.
El vestido de la novia es casi otro protagonista.
Cuando va a haber una boda, el vestido de la novia es algo muy importante. Yo quería vestir a Kate de novia, pero ella no quería ser clásica, con 70 años piensa que no se va a poner un vestido blanco y un velo. Entonces hablé con un diseñador gallego amigo mío, Jorge Acuña, y le pregunté cómo vestiría él a una novia mayor. Se interesó mucho por la historia y se ofreció a crear el vestido de Kate, y luego el de todos los invitados. En la web de la novela, www.labodadekate.com, se pueden ver los detalles.
Al igual que en otros de sus libros, ubica la historia en Ribanova, recreación de su ciudad natal, Lugo. ¿Por qué?
Esta novela necesitaba un sitio pequeño. No era una novela de gran ciudad, necesitaba una pequeña y Ribanova, que ya existe en mi cabeza y mis otros libros, me pareció perfecta. .
Es un reto vender libros en estos momentos de crisis.
Al final el libro es un producto en el mercado y el descenso en el nivel de gasto de las familias también llega al libro. Además, se enfrenta a otro problema, el de la piratería. Pero no podemos paralizarnos y esperar a que pase la crisis. Habrá que aceptar que el momento es peor y se van a vender menos libros, pero intentar llegar a la gente que cree que comprar un libro es hacer una inversión.
Más que el amor tardío es el amor recuperado, la segunda oportunidad a un amor de juventud. Kate y Forster fueron uno el primer amor del otro, y 50 años después él vuelve a pedirle que se casen. Y está contado en cierto tono de comedia, con la boda de los dos como trasfondo.
¿Qué le inspiró?
Por una parte, conocí a una mujer, hace ya muchos años, que me habló de que había aparecido en su vida su primer novio, y no sabía qué hacer, porque era un hombre que le gustaba mucho y del que se había separado por culpa de la guerra y que se había ido a la ciudad. Por otra, hace dos o tres años, vi en una revista un obituario de una mujer que decía que se había casado a los 65 años con un hombre al que había rechazado tres veces, y me pregunté qué te lleva a casarte con alguien con quien no quisiste hacerlo antes. Y uniendo esas dos historias, salió 'La boda de Kate'.
¿Se vive de modo diferente el amor a esa edad?
La ilusión a los 70 años es distinta que a los 20, pero puede ser más intensa, porque uno ya tiene la conciencia de que a lo mejor se le está presentando la última gran oportunidad de su vida. Una persona con 20 años sabe que detrás de un amor podrán venir otros, pero una de 70 quiere aprovechar y exprimir lo que venga y agradecérselo a la suerte y la vida.
El vestido de la novia es casi otro protagonista.
Cuando va a haber una boda, el vestido de la novia es algo muy importante. Yo quería vestir a Kate de novia, pero ella no quería ser clásica, con 70 años piensa que no se va a poner un vestido blanco y un velo. Entonces hablé con un diseñador gallego amigo mío, Jorge Acuña, y le pregunté cómo vestiría él a una novia mayor. Se interesó mucho por la historia y se ofreció a crear el vestido de Kate, y luego el de todos los invitados. En la web de la novela, www.labodadekate.com, se pueden ver los detalles.
Al igual que en otros de sus libros, ubica la historia en Ribanova, recreación de su ciudad natal, Lugo. ¿Por qué?
Esta novela necesitaba un sitio pequeño. No era una novela de gran ciudad, necesitaba una pequeña y Ribanova, que ya existe en mi cabeza y mis otros libros, me pareció perfecta. .
Es un reto vender libros en estos momentos de crisis.
Al final el libro es un producto en el mercado y el descenso en el nivel de gasto de las familias también llega al libro. Además, se enfrenta a otro problema, el de la piratería. Pero no podemos paralizarnos y esperar a que pase la crisis. Habrá que aceptar que el momento es peor y se van a vender menos libros, pero intentar llegar a la gente que cree que comprar un libro es hacer una inversión.
