El COB tenía clara la teoría y masacró al Marín bajo los aros con un Jason Cain indolente
El COB planteó el partido ante el Marín con dos premisas sencillas. La primera, en defensa, dejar que Jason Cain visualizase sin problemas a algunos exteriores a los que luego flotarían descaradamente. A la vez, que tanto el pívot como Tim Derksen tuviesen minado el camino hacia el aro con ayudas constantes. La segunda, en ataque, convencer a Mitrovic y a Kapelan de que no era su tarde y que el balón tenía que ir una y otra vez a los interiores.
La teoría funcionó a la perfección. En ataque el Marín se colapsó desde el inicio y en defensa nunca contuvo a un COB que castigó una y otra vez a sus pívots. Mejor dicho, a Jason Cain.
La actitud del interior del Marín no estuvo a la altura del partido. Devin Wright falló un tiro y Fran Guerra otro en todo el partido. Las dos veces tirando a media distancia. Las 12 veces que Guerra y Wright atacaron a su par jugando de espaldas a la canasta acabaron cerca del aro y consiguiendo puntos. Una barbaridad a medias entre la calidad de los jugadores ourensanos y la dejadez de la defensa visitante.
El COB tuvo claro que bajo el aro los porcentajes suelen ser más altos que desde la distancia y confirmó una de las credenciales que se le presuponían, que este año tiene el mejor juego interior en varias temporadas. Interior, que no versátil, físico o experto.
Esta noche la batalla será muy distinta. Claudio Fonseca es la antítesis a Jason Cain. El portugués no tiene ni la mitad de talento pero lo triplica en intensidad, contundencia e implicación.
