Periodista y autora teatral

’El Max ha reconocido a la emigración’

Tras su primer viaje por el mundo de la creación teatral, Sonia Torre ya sabe lo que es conseguir un Premio Max, el más prestigioso del panorama teatral nacional.

Si ayer se hubiese convocado el premio a la persona más feliz del mundo, una de las que tendría mayor número de papeletas sería, sin ninguna duda, Sonia Torre.
Esta periodista, asturiana de nacimiento y ourensana de corazón, vivió el lunes en primera persona la sensación indescriptible que supone ganar un premio Max, el más prestigioso de cuantos se conceden a nivel nacional en lo que a teatro se refiere. Y es que tanto ella como los otros cuatro co-escritores de la obra ’Emigrados’, son los galardonados con el Max a la Mejor Creación Teatral en Gallego. En el caso de Sonia Torre, pese a que atesora 21 años de experiencia como periodista (la mayor parte en La Región y actualmente en Telemiño, dirigiendo ’El Romecabezas’), ésta ha sido su primera incursión en el mundo de la creación teatral.

¿Se puede explicar con palabras qué se sintió cuando oyó su nombre entre los premiados?

No me lo podía creer, porque para mí, estar nominada ya era un premio. Ese minuto mágico condensa demasiadas sensaciones muy fuertes y es imposible describirlas, aunque bien es cierto que piensas en la gente que te ha apoyado y se ha alegrado siempre, al tiempo que también tienes un recuerdo para quienes ponen zancadillas. Sobre todo, me enorgullece que sea un premio concedido desde la propia profesión teatral y no dejo de recordar que somos cinco los escritores que hemos compartido este momento mágico.

¿Cómo nació el proyecto de ’Emigrados’?

Fue una idea de la compañía Teatro de Ningures, que buscaba diferentes puntos de vista sobre el tema de la emigración. Se construyó de este modo un mosaico con diferentes miradas dirigido por Etelvino Vázquez. Así, por ejemplo, yo relaté la visión de una niña hija de emigrantes, mientras que otros compañeros relataron historias sobre retornados, inmigrantes y todo lo relacionado con esta temática social.

Cabe destacar que usted vivió el tema de la emigración en primera persona, por lo que se podría considerar su visión como ’autobiográfica’.

En efecto. Me resulta un tema muy cercano dado que es una experiencia que yo viví, pues he sido emigrante retornada. Mis padres se marcharon de Asturias a Alemania y, al regresar, estuvimos varios años en el País Vasco, por lo que he experimentado lo que es la emigración exterior e interior. Además, también se puede decir que he emigrado a Ourense, donde finalmente me afinqué. Los niños que vivimos esa experiencia crecimos desde un punto de vista diferente, que fue el que quise plasmar en la obra. Además, si algo me ha emocionado especialmente de este premio es que se reconociese la gran deuda de la sociedad con los emigrantes, con gente que todavía está ahí. Más que el reconocimiento a los escritores que lo plasmaron, me parece mucho más valioso el hecho de que se comience a escuchar una realidad que a todos nos ha afectado, de un modo u otro.

Su vinculación al mundo del teatro comenzó, además, en el campo de la interpretación. ¿Cuál es el próximo reto?

Comencé con el grupo ’Escenas’ de Abelardo Pérez Gabriel, y también pertenecía al aula de teatro de Loly Buján. Actuar me merece muchísimo respeto, pero considero que puedo aportar mucho más escribiendo. Tengo un proyecto en marcha y espero que haya suerte y alguna compañía se interese por el texto.

¿Cuál es su diagnóstico de la situación del teatro en Galicia?

A nivel profesional, Galicia no tiene nada que envidiar a ninguna otra comunidad, ni por sus actores, ni por sus creadores. Otro tema es la promoción, en el que las administraciones no se están volcando todo lo que deberían. Algo significativo en este aspecto es que mientras en la gala de entrega hubo representantes oficiales de los gobiernos del País Vasco y de Cataluña para arropar a los ganadores en sus categorías, de Galicia no tuvimos a ningún representante. Me parece que esto es sintomático y demuestra que algo está fallando a este nivel.

Subyace que su trayectoria vital se resume en contar historias, primero como periodista y ahora como creadora teatral. ¿Cómo lo conjuga?

El teatro refleja a la sociedad y al mundo que nos rodea, y el periodismo es la mirada sobre esa realidad. Sin embargo, cuando escribo teatro puedo adecuar lo que cuento a lo que me gustaría que pasase, a tratar de cambiar lo que no comparto. Cuando ejerzo de periodista, la objetividad debe primar ante todo y hay que ceñirse a la realidad tal cual es. El teatro sirve como oportunidad para contar injusticias que deben ser transmitidas de un modo que llegue a todo el mundo, y se pueden aportar puntos de vista como el femenino, con mucho por decir.

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