La provincia bate el récord de llegada de extranjeros en un primer semestre del año y este efecto permite contrarrestar el desplome de los nacimientos y el éxodo a otras partes del país, haciendo que la población caiga al ritmo más leve en un año desde la crisis. Por otra parte, la provincia vuelve también a cifras precrisis en cuanto a la emigración, ya que no se marchaba tan poca gente de Ourense desde el año 2008.
Todo esto no impide que mengüe la población, ya que en julio de 2019 había un total de 306.789 habitantes, 1.211 menos que un año antes, según las cifras oficiales de población desveladas este miércoles por el Instituto Nacional de Estadística (INE), pero que es la menor caída interanual desde 2010.
Esto se ha conseguido no solo por el alza en las llegada de inmigrantes, sino a través de un hito que sitúa a Ourense de nuevo en niveles precrisis, debido a que nunca desde el segundo semestre de 2008 se había ido tan poca gente, tanto al extranjero como a otras provincias españolas.
En total fueron 2.327 los que se marcharon y 3.006 los que llegaron –sumando migración exterior e interior–, lo que arroja un saldo positivo migratorio de 679 personas, cumpliendo así tres años consecutivos con saldo positivo.
La provincia marcó en 2019 el mejor primer semestre en cuanto a la recepción de personas de nacionalidad extranjera (1.476) y registró su mejor saldo migratorio exterior, ya que llegaron 890 más de los que se marcharon, también la mejor cifra desde que hay datos.
La caída de nacimientos (mínimo histórico en el primer semestre, solo 707) y un saldo migratorio negativo con otras provincias españolas (-211 personas) es de nuevo el obstáculo para revertir el descenso poblacional, si bien la tendencia es cada vez mejor y permite aventurar una reversión de la situación si se mantiene la llegada de gente foránea.
Cambio de tendencia
Según explican expertos como Antonio Izquierdo, catedrático en Sociología de la Universidade de A Coruña, "la inmigración no soluciona, pero suaviza el ritmo de caída". Y destaca: " Estamos en fase de crecimiento del saldo migratorio porque se van menos personas, y también de la inmigración, porque vienen muchas".
En la misma línea que Javier Esparcia, doctor en Sociología y Geografía, que ve la inmigración como "base" de las estrategias antidespoblación, pero no cree que sea "solución definitiva", ya que es un "problema estructural".
Domingo Gómez Orea, presidente del Comité de Asuntos Rurales del Instituto de la Ingeniería de España, ve a los inmigrantes "clave", ya que de consolidarse esta tendencia a que lleguen cada vez más se podrá revertir la terrible tendencia natalista de la provincia: "Tienen más hijos".
Inmigración clave
El profesor de Geografía Humana y experto demógrafo de la Universidade de Santiago de Compostela Carlos Ferrás Sexto también considera "muy importante" la inmigración para revitalizar la situación demográfica, pero necesita un "plan de desarrollo económico bien definido".
¿Cuál es la comunidad que más tira una vez más del alza de las migraciones a la provincia? De nuevo Venezuela, ya que son 429 los nacidos en ese país que llegaron en la primera mitad de 2019 (una media de 2,35 cada día), la cifra más alta en un primer semestre, y un 57% más que en los primeros seis meses de 2018, cuando ya se había batido la marca más alta de llegada de venezolanos.
Aparte del éxodo de ese país, que acrecienta el padrón ourensano –o, más bien, lo alivia– la mayor llegada desde el exterior a Ourense lo hacen los propios nacidos en España –es decir, aquellos que regresan–, ya que fueron 235. Después de estos, Portugal (103), Colombia (96, también máximo histórico), Brasil (81) y Cuba (80, también su cifra más alta de siempre en un semestre).
España pasa de los 47 millones
La población española creció entre julio de 2018 y julio de 2019 un 0,7%, hasta superar de nuevo la barrera de los 47 millones (47,1), y en Galicia se mantuvo casi inalterable, con 2,69 millones. Ourense cayó un 0,4, lo que supone la novena mayor caída por provincias.
