Anxo Quintana, penúltimo suplente de la lista del BNG en Allariz, exalcalde y exvicepresidente de la Xunta
Cuando hay elecciones y no tienes elección para eludir compromisos que te alejan de una refriega que se dirime a bayoneta puerta a puerta, queda el recurso de sacudirle el polvo al Teléfono Rojo del Mundial de Rusia y armar una sección que tranquilice a los jefes y acabe seducciendo al lector por pericia o, si el resultado no es el pretendido, al menos por inesperada. Se trata de cambiar el enfoque.
En toda campaña electoral las cámaras apuntan a los líderes que encabezan las candidaturas y las libretas de los periodistas recogen sus pensamientos, pero también hay mucha gente que resulta tan imprescindible para poder presentar la lista como invisible para la opinión pública. Son el condimento para que el guiso pueda ser servido en la mesa. Los últimos de la lista no aspiran a una concejalía ni a un cargo. Empeñan su nombre por convicción o por hacer un favor. La implicación es plausible independientemente de las razones de cada cual.
Esta es la última llamada del día para que los últimos de la lista reciban por un instante un tratamiento parecido a los primeros. Y el primero de los últimos estaba cantado. Del Gobierno bipartito que mandó en la Xunta entre Fraga y Feijóo, el conselleiro de Medio Ambiente, Pachi Vázquez, comanda Espazo Común para volver a empuñar el bastón de mando en O Carballiño; el vicepresidente Anxo Quintana es, en cambio, el penúltimo suplente de la candidatura del BNG en Allariz, villa en la que fue alcalde una década. Quintana se ríe al escuchar los distintos caminos que han tomado políticos que compartieron los secretos del Consello de la Xunta, aunque uno desde el prisma socialista y otro desde una visión nacionalista. "Eu creo que cada tempo ten unha función e un sitio. E para os que tivemos altas responsabilidades e nos tocou estar en primeira liña, interpreto que pasado ese tempo o que temos que facer é axudar se se nos pide e se non se nos pide, mellor é estar calado e non meter paus nas rodas. Creo que é o máis lóxico, pero cada un ten a súa forma de entender a política e a vida".
Por la reflexión de Anxo Quintana se infiere que se lo han pedido, circunstancia que sorprendió en los mentideros políticos después de que el portavoz nacional que llevó al nacionalismo a la Xunta abandonase la militancia del BNG hace tres años. "Os antigos amigos e compañeiros de Allariz e especialmente a candidata pedíronme unha participación simbólica e non dubidei. Tiña que estar". La potencia del gesto es indiscutible. Cristina Cid, cabeza de cartel para continar al mando de esta plaza nacionalista desde 1989, es la madre de los hijos de Quintana. "Gustaríame pensar que iso non ten que ver, pero por sorte manteño unha boa relación coa miña ex parella e tamén cos compañeiros do BNG. Pode haber diferenzas políticas, pero non deben enlamar as relacións persoais. Estou contento de que en Allariz sexa así".
Descarta el regreso
Su presencia en la lista, aunque sea de penúltimo suplemente, ya que el último puesto lo ocupa Francisco García, el regidor que sustituyó a Quintana y después cedió los trastos a Cristina Cid, alentó comentarios sobre el regreso de Quin a la batalla política. "Cada vez que o escoito reafírmome en que desgraciadamente temos unha concepción demasiado personalista da política. Eu sempre a entendín como un traballo colectivo, non creo nas carreiras políticas personais. Abandonei a primeira liña porque todo ten seu tempo, pero nunca abandonei as miñas ideas e o compromiso co país". Durante la campaña hará "o que manden".
