El mercado inmobiliario resurge por la compraventa de viviendas usadas

Un inmueble a la venta en Ourense.
photo_camera Un inmueble a la venta en Ourense.
La entrega de casas de segunda mano en la provincia entre enero y abril ofrece su mejor dato desde 2007, en plena burbuja

Mientras las grúas están casi paralizadas en la provincia y el parque de vivienda nueva apenas se renueva por la carestía de los materiales y la falta de PXOM en el caso de la ciudad, el mercado de segunda mano vive un repunte que lo lleva a niveles no vistos desde 2007, en plena burbuja. En los primeros cuatro meses del año se vendieron un total de 473 residencias ya usadas, la cifra más alta para el periodo desde hace quince años, cuando las transacciones ascendieron a 707. El fenómeno es similar al del conjunto de España, donde solo en abril se registraron casi 60.000 operaciones de compraventa, la inmensa mayoría de viviendas de segunda mano, un volumen parecido al de 2008.

Y no es que los pisos estén regalados: este movimiento mercantil se produjo en un contexto de precios alcistas, ya que la vivienda usada se encareció en un 9% en el primer trimestre del año hasta alcanzar los 908 euros por metro cuadrado.  A pesar del aumento, comprar una morada de segunda mano en Ourense es más económico que en el resto de Galicia, ya que el metro cuadrado para estos inmuebles cuesta 1.630 euros en Pontevedra, 1.541 euros en A Coruña y 960 euros en Lugo.

Sobre el movimiento de este mercado, el agente inmobiliario Carlos Iglesias, de Hábitat Remax, destaca que “hay mucha demanda y mucha oferta”, puesto que “la vivienda usada que hay a la venta en Ourense es muchísima”. Otra explicación es que el comprador ha anticipado que a partir del verano van a subir los tipos de interés y prefiere cerrar la operación cuanto antes. 

Sobre la calidad de los inmuebles en venta, Iglesias subraya que “hay de todo, hay viviendas que están muy bien, para entrar a vivir, y esas se venden enseguida si están a un precio de mercado. Otras tienen un precio desorbitado y no se van a vender”.

Precisamente la necesidad o no de reformas en la morada es el principal factor que miran los compradores, puesto que “si compras una casa para rehabilitarla, luego hay que invertir en la reforma e igual te echas un año esperando a que te hagan la obra: contratarla hoy en día es misión casi imposible, los que se dedican a reformar están saturados”. 

El alquiler aumentó un 19% en la provincia en cinco años

El precio del alquiler en la provincia lleva varios años al alza, con una subida del 19% durante los últimos cinco cursos, hasta llegar a los 414 euros de media a finales de 2020, último año con datos publicados en el Observatorio da Vivenda de la Xunta. En 2015, el coste de la vivienda era de 348 euros, que fue subiendo paulatinamente hasta llegar al nivel actual. Con los precios vigentes, el alquiler ourensano es el tercero más barato de los siete grandes concellos de Galicia. Solo en Lugo (con 388 euros por mes) y en Ferrol (360) es más económica la renta domiciliaria. Los ayuntamientos gallegos más caros para vivir son A Coruña (530), Vigo (520), Pontevedra (486) y Santiago (469). Los expertos vaticinan que el mercado de alquiler podría ganar enteros en los próximos meses, debido al descenso de competitividad que puede experimentar la compra de viviendas, una vez se concreten las subidas en los tipos de interés -que ya se están produciendo- y el consecuente encarecimiento de las hipotecas. El problema con las viviendas de alquiler, como manifiestan los agentes inmobiliarios, es que la oferta es limitada. Muchos inmuebles en alquiler no cuentan con todos los servicios básicos, como calefacción o ascensor. En lo que sí coinciden el alquiler y la compra es en que, a raíz de la pandemia, los inquilinos buscan “que tenga algo de terreno”. “La gente valora mucho tener una finquita para los niños, para el perro o para salir y respirar aire puro”, destaca Iglesias. 

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