Laura Martínez abandonó el CHUO en mayo tras pasar 21 días en la UCI y hoy, nueve meses después, aún lucha contra las secuelas de esa estancia y de la infección. "No he recuperado mi vida y quiero hacerlo, por eso me da rabia e impotencia ver a esas personas que no cumplen con las normas o dicen que es un simple catarro", cuenta esta vecina de O Barco natural de León.
La recuperación, reconoce, va "muy lenta" y la limita para hacer muchas cosas en su vida diaria. "El domingo fuimos a dar un paseo y no sería más de un kilómetro ida y vuelta. Cuando llegué a casa estaba realmente cansada", recuerda. Muchas otras tareas cotidianas, como colocar una bandeja en el lavavajillas o recoger algo del suelo, suponen un enorme esfuerzo para ella. "Es muy duro ver que, cosas que antes podías hacer sin problema, ahora eres incapaz", cuenta.
La situación que atraviesa ahora la provincia, con datos de casos activos que hasta esta tercera ola no se habían conseguido, la enfadan, pero también la llenan de temores. "Solo salgo de casa para pasear a la perra por la mañana y para comprar algo básico si es necesaria porque no puedo con todas las irresponsabilidades que veo", destaca. Y no las soporta porque ella conoció la peor cara de este virus. Ingresó a finales de marzo en el hospital de Valdeorras, pero luego acabó en la UCI del CHUO. "Pensaban que no saldría, pero lo logré y el 4 de abril volví a nacer", reconoce.
Un proceso largo
Veintiún días en la UCI y entubada pasaron como un sueño del que solo recuerda dormirse y despertar. Luego llegó el proceso de recuperación en el que sigue inmersa, pero que no le impidió casarse en septiembre . "Seguí adelante porque el 2020 no se iba a quedar solo con lo malo", expresa. Con energía positiva, lucha cada día para recuperar a esa Laura que era antes de que el covid cambiase su rumbo, concienciando a lo demás.
