La última producción cinematográfica de Miguel Ángel López, fotógrafo de La Región, Ahí ven o boi, ha sido preseleccionada en el Festival de Cine de Ourense.
¿Cómo surgió la idea de hacer un documental de la Festa do Boi, en Allariz?
En las fiestas del 2007 presencié una de las carreras del Boi en uno de sus días grandes. Allí conocí a los Homes do Sedeño, es decir a los encargados de guiar al animal por las calles y plazas de la villa, así como de darle descanso en las paradas ya establecidas. En esa carrera recuerdo que el animal, al llegar a la plaza donde se encuentra la tradicional estatua de bronce del boi de la villa, se detuvo colocándose hocico con hocico con la estatua. En ese momento tomé una foto, pues me pareció un momento mágico que rompía con el paradigma de la agresividad natural del propio animal. De hecho esta foto ha sido seleccionado para figurar en el cartel anunciador de las fiestas de este año, lo que para mí es un gran honor. A partir de ahí me quedé tan sorprendido de toda la magia que rodea al festejo que decidí en el 2008 hacer un documental, pero desde mi propia condición de antropólogo.
¿Qué es lo más novedoso que puede observar el público en su documental?
Además de que yo hice la producción, dirección y edición del vídeo, este documental muestra al espectador lo que es la fiesta del Boi pero desde el punto de vista de la gente que organiza la carrera y que lleva al animal. Lo que quería hacer era ofrecer una mirada objetiva del festejo desde un punto imparcial, neutral y sin prejuicios, es decir que estuviera en equilibrio entre el fanatismo de la tauromaquia y el impulso festivo de las miles de personas que se reúnen en la villa alaricana para divertirse.
¿Fue peligroso filmar la carrera del boi desde la perspectiva de un corredor?
En algunos momentos sí, pero la verdad es que es muy seguro correr junto a los Homes do Sedeño pues ellos guían y controlan todo lo que acontece en la carrera.
¿Qué fue lo más satisfactorio de esta experiencia?
Cumplir el objetivo de filmar la carrera desde el mismo punto neurálgico de la misma, así como comunicar con imágenes el estrepitoso y frenético ritmo de la misma, ya que no me interesaba obtener imágenes desde un balcón como generalmente se hace. Incluso en el rodaje, que duró toda una semana, tuve la suerte de filmar un peculiar accidente pues una de las vallas de contención del público se vino abajo por lo que varias personas resultaron heridas.
¿Fue fácil introducirse dentro del grupo de los Homes do Sedeño?
Ellos me ayudaron y me guiaron para poder sacar adelante este proyecto, de hecho la producción tiene varias entrevistas con estos personajes, en las que queda constatado el amor que ellos tienen por esta fiesta que lleva celebrándose 26 años ininterrumpidamente desde su recuperación.
¿Qué expectativas tiene con este documental?
Además del Festival de Ourense, el documental se ha presentado en certámenes como Documenta Madrid, Docupolis de Barcelona, y Secuencia Zero de Pontevedra. Ahora sólo queda esperar a ver cómo lo reciben los jueces y el público.
¿Es su primera producción cinematográfica?
No, en 2005, con la ayuda del reconocido y fallecido productor ourensano Eloy Lozano, rodé mi primer largometraje-documental llamado Una habitación vacía. Este filme retrata el tema de la inmigración desde el punto de vista de una familia colombiana desmembrada por la propia condición inmigrante de sus miembros, pues al vivir en países distintos en condición ilegal no podían reunirse.
En las fiestas del 2007 presencié una de las carreras del Boi en uno de sus días grandes. Allí conocí a los Homes do Sedeño, es decir a los encargados de guiar al animal por las calles y plazas de la villa, así como de darle descanso en las paradas ya establecidas. En esa carrera recuerdo que el animal, al llegar a la plaza donde se encuentra la tradicional estatua de bronce del boi de la villa, se detuvo colocándose hocico con hocico con la estatua. En ese momento tomé una foto, pues me pareció un momento mágico que rompía con el paradigma de la agresividad natural del propio animal. De hecho esta foto ha sido seleccionado para figurar en el cartel anunciador de las fiestas de este año, lo que para mí es un gran honor. A partir de ahí me quedé tan sorprendido de toda la magia que rodea al festejo que decidí en el 2008 hacer un documental, pero desde mi propia condición de antropólogo.
¿Qué es lo más novedoso que puede observar el público en su documental?
Además de que yo hice la producción, dirección y edición del vídeo, este documental muestra al espectador lo que es la fiesta del Boi pero desde el punto de vista de la gente que organiza la carrera y que lleva al animal. Lo que quería hacer era ofrecer una mirada objetiva del festejo desde un punto imparcial, neutral y sin prejuicios, es decir que estuviera en equilibrio entre el fanatismo de la tauromaquia y el impulso festivo de las miles de personas que se reúnen en la villa alaricana para divertirse.
¿Fue peligroso filmar la carrera del boi desde la perspectiva de un corredor?
En algunos momentos sí, pero la verdad es que es muy seguro correr junto a los Homes do Sedeño pues ellos guían y controlan todo lo que acontece en la carrera.
¿Qué fue lo más satisfactorio de esta experiencia?
Cumplir el objetivo de filmar la carrera desde el mismo punto neurálgico de la misma, así como comunicar con imágenes el estrepitoso y frenético ritmo de la misma, ya que no me interesaba obtener imágenes desde un balcón como generalmente se hace. Incluso en el rodaje, que duró toda una semana, tuve la suerte de filmar un peculiar accidente pues una de las vallas de contención del público se vino abajo por lo que varias personas resultaron heridas.
¿Fue fácil introducirse dentro del grupo de los Homes do Sedeño?
Ellos me ayudaron y me guiaron para poder sacar adelante este proyecto, de hecho la producción tiene varias entrevistas con estos personajes, en las que queda constatado el amor que ellos tienen por esta fiesta que lleva celebrándose 26 años ininterrumpidamente desde su recuperación.
¿Qué expectativas tiene con este documental?
Además del Festival de Ourense, el documental se ha presentado en certámenes como Documenta Madrid, Docupolis de Barcelona, y Secuencia Zero de Pontevedra. Ahora sólo queda esperar a ver cómo lo reciben los jueces y el público.
¿Es su primera producción cinematográfica?
No, en 2005, con la ayuda del reconocido y fallecido productor ourensano Eloy Lozano, rodé mi primer largometraje-documental llamado Una habitación vacía. Este filme retrata el tema de la inmigración desde el punto de vista de una familia colombiana desmembrada por la propia condición inmigrante de sus miembros, pues al vivir en países distintos en condición ilegal no podían reunirse.
