Verín vivió ayer su primer desfile del Entroido con la participación de más de un millar de escolares de distintos colegios de la comarca de Monterrei y del municipio fronterizo de Chaves.

“¡Mira, ahí va mi niño!”

Tres mascaritas, tras finalizar el desfile en la plaza García Barbón.
Enfermeros, conejitos, indios, pingüinos, esquimales, cartas para jugar al poker e incluso el cuadro de las famosas meninas de Velazquez se pasearon ayer por Verín para calentar los motores del Entroido de este año. La villa acogió el primer desfile de la fiesta, el infantil, en el que participaron más de un millar de alumnos de los colegios de la comarca de Monterrei y del municipio limítrofe de Chaves.
La comitiva arrancó pasadas las once y media de la mañana del entronque de las calles Diputación y la avenida de Cabreiroá, encabezada por una veintena de cigarrones infantiles, que con su látigo abrían paso entre el numeroso público que se agolpaba en las aceras, en su gran mayoría padres y familiares de los escolares, que cámara fotográfica en mano se amontonaban para inmortalizar el paso de las comparsas y máscaras.
El desfile discurrió por la calle Diputación, avenida de Luis Espada y calle Lisa para finalizar en la plaza de García Barbón, donde no faltaron golosinas y la música de las charangas y la Banda de Gaitas de Concello verinense.
La Guardia Civil de Tráfico, Protección Civil y Policía Local escoltaron a los escolares y cortaron la circulación en el centro de la villa, estableciendo rutas alternativas por las avenidas de Laza y Portugal, en las que se sucedieron pequeñas retenciones de vehículos. El edil de Festejos, Víctor Manuel Baladrón, se mostró satisfecho con la participación y transcurso del desfile, que es el preludio del que se celebrará el próximo domingo.
El edil recordaba que con el desfile infantil se intenta mantener vivo el espíritu de la fiesta, una de las más importantes de la villa, tanto a nivel económico como de participación.

Aceras abarrotadas
Los niños, que iban acompañados por numerosos profesores, despertaron aplausos en numerosas ocasiones de las personas que se agolpaban en las aceras.
La plaza de García Barbón permaneció durante la jornada de ayer acordonada para dar cabida por la noche a las asistentes al 'xoves de comadres', una de las citas más importantes de la fiesta verinense. Por la tarde, un camión del Servicio de Emergencias de Galicia y varias ambulancias se instalaban en el recinto para evitar posibles accidentes durante la celebración.

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