Reportaje

Los moteros de Ourense lamentan que se "demonice" su uso del monte

Grupo de moteros madrileños durante una escapada por nuestra provincia.
photo_camera Grupo de moteros madrileños durante una escapada por nuestra provincia.
Los aficionados a las dos ruedas sienten que parte de la sociedad ya les ve como "delincuentes"

La pandemia ha provocado que mucha gente se acerque al monte y a otros espacios naturales, y el colectivo de moteros piensa que se está demonizando su figura a través de medios de comunicación y redes sociales. Además, defienden que la condición de la montaña como espacio público está en peligro. 

El piloto ourensano Efrén Arce lamenta que "hay una guerra entre todo el mundo. Con el covid, la gente que antes acudía a un centro comercial ahora se escapa al monte. En un solo fin de semana de ruta te puedes cruzar con más de cien personas: paseando perros, en bicicleta…", recuerda.  Y este mayor uso de la montaña ha generado tensión entre los distintos colectivos. Arce espera que "deje de haber tantas peleas. Como sigamos así, ni en el monte se va a poder estar tranquilo", explica. La necesidad de entenderse resulta ineludible, ya que por fuerza se compartirán espacios entre distintos hobbies debido a las complicaciones que implica determinar zonas específicas según la actividad.

Javier Quintas, uno de los fundadores de la Liga Galega da Moto de Campo, añade que "nos echan de los montes. Al paso que vamos, se va a terminar excluyendo a todo el deporte de la montaña. Y sí, al principio le toca al motor, pero lo fácil es que después caigamos todos", lamenta. "La nueva Ley de Incendios no va a distinguir entre las áreas periurbanas y caminos de la sierra de Maceda o A Peroxa, con baja densidad poblacional. Y, como no va a diferenciar, simplemente va a prohibir, cuando en zonas como Parada de Sil cada vez que llega un grupo de ciclistas o moteros le alegra el día a los locales porque se genera riqueza alrededor", explica Quintas. Considera que a este paso "van a privatizar el monte. En los Pirineos o en Granada ya pagas un 'forfait' -como cuando vas a esquiar- para hacer senderismo por determinadas zonas, y aquí se acabará igual", advierte. Gracias a la Ley de Costas, en Galicia se respeta el dominio público de las playas. Pero temen que a los montes les espere un destino diferente, "porque no hay tanto movimiento social", compara .

Muchos moteros sienten que tienen en contra tanto a asociaciones ecologistas como a comunidades de montes. "Ya hay problemas en la provincia, en zonas como Toén, y en lugares como el Val Miñor es aún más exagerado. Seprona acude a los montes a sancionar a la gente. Permiten comprar una moto, pagas tus impuestos, ¿y luego impiden circular?", se pregunta. "Si estás haciendo el tonto es lógico que te sancionen, pero me consta que ya se multa por un intermitente o placas no legibles", concluye.

Por su parte, Emilio Pato, presidente de la Comunidad de Montes de A Chaira (Pereiro de Aguiar), matiza que "el problema son los que no circulan por los caminos". No obstante, reconoce que los que incumplen son solo una minoría ruidosa entre los aficionados a las dos ruedas. Pato, que recibió hace unas semanas un aviso de personas conduciendo por una finca, no quiere culpabilizarlos a todos y teme que puedan terminar pagando justos por pecadores en el colectivo. Y, para una mejor convivencia, pide que dejen los caminos señalizados -como la ruta dos Muíños- a quienes acuden a pasear, sobre todo en las zonas más estrechas. "Collemos todos", celebra. 

Efrén Arce disfruta de un paseo a dos ruedas en la montaña.

Efrén Arce disfruta de un paseo a dos ruedas en la montaña.

 

“As motos non ocasionan graves danos nas pistas"

Javier Quintas defiende que "lo que puede generar una moto en movimiento de tierras es insignificante. Apenas se levanta algo de musgo. Una moto pesa cien kilos, un tractor toneladas". Considera que el terreno solo sería perjudicado de forma significativa en caso de un tráfico constante o donde ya exista una gran aridez, "como en las zonas de explotación de eucaliptos, que se comen el terreno. Lo que dejan es arena, no queda ya tierra". Quintas concluye que "todo este circo que se está montando alrededor de las motos hace pensar que el que anda en ellas es un delincuente. Dicen que el paso de las motocicletas acaba con los ecosistemas, cuando se inicia una explotación minera y desaparece la montaña. En A Peroxa se organizaron desde 2000 a 2007 una docena de carreras. Meses después, la naturaleza se regeneraba y ya desaparecía el impacto", recuerda. 

Henrique García, secretario de la Comunidad de Montes de A Chaira, añade que, en las pistas, "salvo en curvas pechadas cando chove, as motos non ocasionan graves danos". Ante el aumento de la afluencia de personas en montes como el de A Chaira, apela al sentido común. 

Por su parte, Domingo Rodríguez, al frente de la Comunidad de Montes Vecinales Riocaldo-Serra do Xurés, matiza que "hay sitio para todos. En Galicia tenemos casi dos millones de hectáreas de monte comunal. No tendría sentido que se permitiera el acceso de vehículos motorizados a una reserva de la biosfera, pero si se hace en otra zona de monte, de una manera organizada, y hay quien se responsabiliza de las actuaciones, las motos no suponen ningún problema. Igual que entendemos que se prohíba una carrera de coches en el paseo de la Castellana, es lógico que se permitan en el circuito del Jarama", compara. Y es que Rodríguez defiende que "deben resolverlo los técnicos para cada zona" según las condiciones del lugar, teniendo en cuenta, por ejemplo, la presencia de determinadas aves, como las águilas. "Y si un técnico considera que en cierto espacio las motos no causan daño, adelante. No se puede prohibir por prohibir", defiende. 

El colectivo de ciclistas, conciliador: "Podemos disfrutar todos de la montaña"

Quico Calviño, presidente del BTT Verín, destaca que "desde el punto de vista del ciclismo, como club que somos, consideramos que nuestra práctica deportiva favorece a que el monte esté cuidado y limpio". De hecho, defienden que uno de sus objetivos es que el espacio natural no reciba residuos por su parte, como geles o barritas energéticas. "Las rutas favorecen que se vaya limpiando, y el entorno limpio ayuda después a parar los incendios forestales. Además, al estar en el monte puedes dar aviso a los servicios de emergencia en caso de alguna sospecha de incendio", expone. "No destrozamos nada, ayudamos a que el monte esté activo y a que se valore el entorno, porque a veces nos olvidamos de la belleza de ver una colmena, un riachuelo o de los animales en estado salvaje", añade Calviño, que zanja el asunto valorando que "el ocio y la explotación económica son compatibles, podemos disfrutar todos de la montaña". 

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