En la brecha digital padecida por el rural discurren tres raíles sin converger. Por un lado están las necesidades de la población, con un acceso al internet de calidad alejado de los objetivos marcados pese al acelerón de los últimos años. Por otro lado están las ayudas de la Xunta o el Gobierno ideadas para hacer atractivo el despliegue de la fibra a las empresas privadas en las zonas menos pobladas. Y en el medio queda el papel de, principalmente, Movistar-Telefónica. Operadora predominante debido a su pasado de monopolio público y con las obligaciones marcadas por la CNMC, su desempeño en el territorio queda lejos de lo marcado en el papel y de los millones de euros recibidos en subvenciones para el internet rural. Porque apoyada en su capilaridad, Movistar es la gran beneficiaria de los planes públicos para la banda ancha. En el último concurso del programa Unico, logró 197,8 de los 250 millones en juego, siguiendo la tendencia de los últimos años. Según cálculos de Expansión, Movistar suma 625 millones de los 872 adjudicados en las ayudas estatales para fibra rural desde 2013 -el 72%-. Pero después queda el día a día.
¿ADIÓS AL COBRE?
Movistar anunció en 2016 su plan para sustituir el 100% de las centrales de red de cable de cobre -en origen, unas 8.500- por fibra óptica. El proyecto nació con la idea de ofrecer esta tecnología en toda España en 2025, con 3.000 instalaciones de este tipo. Pero el 28 de octubre trascendió que la CNMC aceptó la exclusión de 73 centrales de cobre de su cierre ante la imposibilidad de darle una alternativa de calidad al cliente. La operadora reconocía dos cosas: la sustitución del cobre por fibra no iba a ser completa por la “falta de rentabilidad” -pese a lo prometido- y el reemplazo propuesto para la alta velocidad en esos puntos desatendidos, conectarse por FWA -usar la red móvil para reproducir, a peor velocidad, el acceso a la banda ancha-, podía no ser viable por la falta de cobertura. Entre esos 73 puntos del limbo del cobre están cuatro de Ourense: Pereira (Entrimo), Lucenza (Cualedro), Congostro (Rairiz) y Nigueiroa.
Al margen de la ya conocida deficiente cobertura móvil sufrida por parte del rural y no tener la fibra en el horizonte, surgió otro posible problema: entre las centrales de cobre que Telefónica cierra sin sustituirlas por fibra confiando en la cobertura de radio puede darse un error de cálculo o exceso de optimismo. Ya ha sucedido en Folgoso do Courel: en este concello estaba una de las centrales que decían adiós el 25 de noviembre, situando como única alternativa la FWA, tecnología que se ha revelado inviable debido a la compleja orografía. Los vecinos elevaron sus quejas y al final la empresa aplazó sus planes. En su horizonte queda el cobre de forma indefinida.
QUEJAS POR TODA LA PROVINCIA
La Región ha recogido en los últimos meses multitud de protestas vecinales y quejas de alcaldes por problemas de cobertura y conexión a Internet insuficiente -o inexistente-, con el fondo de la desatención de las principales operadoras. Los problemas en parroquias de Riós, A Gudiña, Manzaneda, Vilariño de Conso, San Xoán de Río, Vilar de Barrio, Xinzo, Paderne o A Merca; la primitiva velocidad a Internet de Cartelle, San Amaro o Castrelo de Miño; averías en Viana o A Rúa o las zonas oscuras en el entorno de la ciudad como Vilar de Astrés o Zaín. Y fuera de la provincia, la prensa local anota problemas similares por toda Galicia. Uno de los casos más mediáticos está en Gondomar al afectar a 10.000 vecinos: una plataforma vecinal lleva varios años luchando por el despliegue de la fibra óptica en todas las parroquias del municipio.
MARGINACIÓN EN FIBRA… Y EN PRECIOS
La provincia alcanzó este año los 100.000 hogares conectados a Internet pero la distancia con las áreas urbanas, recortada, sigue ahí: según datos del Gobierno, la cobertura de más de 100 megas alcanza solo al 65,9% de los hogares. Y al boquete tecnológico se le une el de los precios. Movistar explica en su web que promociones como la de 300 megas solo son válidas para “los municipios que la CNMC ha declarado como Zona Libre”. En estos 696 ayuntamientos, Telefónica está exenta de ofrecer a sus competidores servicios de acceso mayorista a la fibra. En el resto de España, al haber menos competencia, la operadora mantiene sus obligaciones estatales… y la deja sin ofertas. Traducido al usuario, solo los vecinos de la ciudad de Ourense pueden acceder a las promociones; el resto de la provincia, donde en muchos casos no hay alternativa, es cautiva y con precios más caros.
Estas decisiones comerciales dejan episodios tan chirriantes como que Movistar ofrezca datos ilimitados de 4G a sus clientes de fibra mientras en las zonas sin cobertura de fibra el 4G se paga sin rebaja a velocidad limitada.
Las cifras
625 de 872 millones
Los fondos estatales para la fibra rural captados por Telefónica desde 2013.
4
Estaciones de cobre de la provincia que no serán cerradas al carecer de cobertura para sustituirlas por FWA.
1
Solo la ciudad de Ourense está en “zona liberada” de la CNMC y, por tanto, es beneficiaria de las promociones de Movistar.
35,1%
Los hogares de la provincia sin cobertura de 100 megas.
