La descoordinación entre distintos departamentos municipales puede llegar a complicar sobremanera una labor tan cotidiana como la de hacer una mudanza. Una empresa del sector vivió la experiencia esta semana.

La mudanza que se estrelló contra la burocracia

Calle Cardenal Quevedo, donde se produjo la mudanza (Foto: Xesús Fariñas)
Ourense es sitio distinto. Con esa sensación debieron de quedarse los trabajadores de una empresa de mudanzas, con sede en A Coruña pero que opera en toda España, que el pasado 30 de julio pretendían hacer su trabajo en la ciudad. Como suele ser habitual, el personal de Gil Stauffer tramitó días antes en el Concello el pertinente permiso de ocupación de vía pública y abonó las tasas correspondientes en la Facenda municipal -en torno a 50 euros-. Con el 'ok' en la mano, el día en cuestión se dispusieron a hacer a hacer una mudanza en la calle Cardenal Quevedo.
La jornada, que comenzó en torno a las 10,30 horas, transcurrió con total normalidad hasta que, en torno a las cuatro de la tarde, cuando la empresa ya había desplegado las escaleras montamuebles, un policía local irrumpió en escena para decir a los operarios que 'el permiso estaba revocado y que nos teníamos que ir de allí', explica el gerente de la firma, Alberto López, antes de lamentar que 'a esa hora, ya no había nadie en el Concello con quien pudiésemos hablar para arreglar las cosas'.

No obstante, ante la insistencia de los operarios de que todo estaba en orden y de que ni siquiera los camiones molestaban al encontrarse debidamente estacionados en zona de carga y descarga, el agente incluso llegó a insinuarles que podían estar incurriendo en desacato a la autoridad, por lo que 'tuvieron que quedase dos personas en la mudanza (empaquetando cosas) y otras tres se marcharon con los camiones y la escalera. Al final, tuvimos que cargar a última hora, con una absoluta sensación de indefensión y con cinco personas que habían perdido tres horas de su trabajo', señala López.


DISCULPAS

Aunque al día siguiente la Concejalía de Comercio se puso en contacto con la empresa para disculparse porque 'todo fue un error y el policía se había extralimitado en sus funciones', lo cierto es que la mala impresión del funcionamiento municipal es un hecho. 'Trabajamos por toda España y es la primera vez que teniendo un permiso nos pasa esto', asegura López.

Y es que, además de los problemas ocasionados a los operarios, está también el cliente -al que urgía tener sus pertenencias en Valladolid al día siguiente-. 'Puede pensar que no hacemos bien nuestro trabajo y dudar de que hubiéramos solicitado el permiso', afirma López, que, como cualquiera, aún no logra entender por qué si los camiones no obstaculizaban la circulación y el permiso estaba en regla, la mudanza pudo complicarse tanto.

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