MORTALIDAD

Las muertes por causas naturales acaparan la mitad de las autopsias

<p></p>
photo_camera Julio Jiménez Feliz, en su despacho de la Subdirección de Ourense del Imelga.

La derivación "injustificada" de los fallecimientos por enfermedad a la investigación judicial preocupa a los forenses ourensanos 

A la mesa de trabajo de los forenses llegan todo tipo de cadáveres .Un total de 180 en 2015, aunque la media de muertes judicializadas de los últimos años ronda las 230. Autopsias de personas a las que les arrebatan la vida o que voluntariamente deciden no vivir. Pero también personas a las que el corazón se les para sin previo aviso o un accidente de tráfico las detiene para siempre.

A las morgues llegan tanto cadáveres por muertes violentas como por fallecimientos atribuidos a causas naturales. En 2015, 91 y 89, respectivamente. Los primeras, genuina especialidad de la medicina forense, acaparan tanto los suicidios como los homicidios, pero también fallecidos en accidentes de tráfico, laborales o domésticos.

A lo largo del pasado año, 57 ourensanos perdieron la vida de forma accidental, 12 de ellos en siniestros en los que intervinieron vehículos a motor, incluidos dos atropellos. Treinta y una personas se suicidaron y a otras tres las asesinaron (Isabel Fuentes, Socorro Pérez y el cura de Vilanova dos Infantes Adolfo Enríquez).

Más suicidios que accidentes

La tasa se suicidios en la provincia (31 en 2015) sigue alta: 9,6 muertes por 100.000 habitantes (la misma que en 2014 pero inferior a la de 2013, con una tasa de 14,69). Inferior a la media gallega (14,33 en 2014) pero por encima de la nacional (8,3 casos 100.000 habitantes/año). El ahorcamiento es la modalidad más utilizada en Ourense, sobre todo en ámbitos más rurales (19 personas), seguida de la precipitación (siete), sumersión (tres) y armas de fuego (dos).

Entre los principales factores desencadenantes, figuran las enfermedades psiquiátricas (35% de los casos), entre las que se incluyen las depresiones graves y cuadros psicóticos, o las tentativas previas. En el caso de las personas mayores, los factores sociales como el aislamiento y el miedo a las enfermedades limitantes o graves están detrás de prácticamente toda la casuística en ese rango de edad, tal como atestigua el responsable de la Subdirección de Ourense del Instituto de Medicina Legal de Galicia (Imelga), Julio Jiménez Feliz. Los problemas familiares, sentimentales y económicos completan el cuadro de factores pero de forma muy residual.

Pero los forenses también intervinieron en 89 muertes naturales (representan casi la mitad de las autopsias). Un número demasiado elevado, a juicio de su máximo responsable. Este dato, según valora, refleja un mal funcionamiento de los servicios médicos asistenciales en lo referente a la certificación de un fallecimiento, con una derivación injustificada de los óbitos atribuidos a causas naturales (no violentas o etiología criminal) a la investigación judicial. De hecho, insiste en que el hecho de que el médico que atiende la emergencia no conozca las causas "no es razón suficiente para judicializar una muerte".

Según sus cálculos, podrían quedar reducidas a la mitad si las autopsias clínicas (la que realizan médicos patólogos en los hospitales) estuvieran más generalizadas. Pero son casos contados. "Percibo cierto nerviosismo por parte de los médicos a la hora de certificar una defunción natural pero debemos tender a no judicializar la muerte, que ya de por sí siempre es traumática para las familias", destaca Jiménez Feliz. Este veterano médico hace suyas las palabras que un día le hizo un anciano en el levantamiento de un cadáver: "¡Hasta para morrer, hai que ter sorte!".

El Imelga trabaja ya en un protocolo de actuación para las muertes naturales siguiendo el ejemplo de la Subdirección de Lugo en 2014 que, junto con la posibilidad de acceso a la historia clínica electrónica, permita discriminar de forma eficaz los decesos susceptibles de investigación judicial, es decir, las muertes violentas y sospechosas de criminalidad de aquellas que no lo son.

Pero los siete forenses de la provincia (la misma plantilla que hace 27 años) también detectan una mayor petición por parte de las familias para que intervengan en las muertes naturales en busca de responsabilidades.

Te puede interesar