Mujeres que ayudan a otras

photo_camera El Centro de Información ás Mulleres (CIMM), ubicado en la rúa do Ensino, celebró una jornada de puertas abiertas para dar a conocer su labor de acompañamiento cuando una persona decide dar el paso.
Más de 200 mujeres pasan cada año por el Centro Municipal de Información ás Mulleres para recibir acompañamiento a la hora de escapar de un contexto de violencia de género o para orientarse cuando no tienen ayuda institucional.

Hay un espacio en Ourense en el que se escucha, se atiende y se ayuda a las mujeres que no hallan otro respaldo institucional, que se sienten desprotegidas o que no saben como gestionar un problema vital. El Centro de Información ás Mulleres (CIMM) de la ciudad, ubicado en la rúa Ensino, celebró ayer una jornada de puertas abiertas para dar a conocer su labor de acompañamiento cuando una persona decide dar el paso. 

Beatriz López Varela, asesora jurídica, y Ana Pérez, educadora, son la cara visible de esta institución por la que el último año pasaron más de 200 personas. “El volumen de trabajo es inmenso para nosotras, somos tres más el personal administrativo. Los casos son numerosos en relación a nuestro personal. Además, la gama de problemas que presentan las mujeres cada vez es más amplia”, señala la asesora jurídica. 

El grueso de las usuarias son víctimas de violencia de género y vienen derivadas de otras entidades (policiales o sociales). En el centro tratan de cubrir las necesidades más perentorias de las usuarias -de forma confidencial y gratuita-  y, a aquellas que lo precisan, se les presta un asesoramiento jurídico. Sus actividades no se limitan a este tipo de situaciones, sino que también ayudan a mujeres extranjeras, tratan problemas identitarios e incluso aconsejan en el ámbito laboral. 

 La violencia machista con la que se encuentran se manifiesta de diferentes formas y afecta a diversos grupos de edad. El 60% de las mujeres que los engloban llega derivado de otros servicios y el 40% por decisión propia. Sin embargo, y aunque la mayoría de las consultas proceden del grupo comprendido entre los 25 y los 54 años, durante el último año aumentó considerablemente el volumen de trabajo con niñas menores de edad y con mujeres mayores de 65 años. 

Las primeras preocupan especialmente a las profesionales del CIMM, sobre todo por su carácter reiterativo en los últimos años. “Por eso es importante fomentar una labor preventiva, tanto en ellas como en los chicos jóvenes”, señala López Varela. Para su compañera, es urgente “favorecer unha sociedade máis convivencial, ademais de dar respostas directas aos problemas que chegan”. 

También existe incidencia en el grupo de mujeres mayores de 65 años, a las que en muchas ocasiones derivan de sus médicos de cabecera cuando ven signos de depresión u otros trastornos semejantes.  

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