Noorulhaq Anwari, planificando las vías que nos conectan con el mundo persa

Proveniente de Herāt, en Afganistán, Noorulhaq Anwari llegó a la ciudad en marzo con la ilusión de un trabajo en su sector profesional. “Soy ingeniero civil”, informa. “Tengo ocho años de experiencia en mi país en grandes proyectos de infraestructuras como carreteras, trenes o instalación eléctrica”, aclara. Su estancia aquí se produce gracias al contrato con la empresa que está haciendo la renovación integral de la línea de ferrocarril entre Ourense y Lugo. En Afganistán vivían en el centro de su ciudad en una casa grande “con jardín y tres pisos”, especifica, que allá quedó alquilada porque toda la familia, padres, hermana y hermano, mujer e hijo, pusieron pies en polvorosa con la nueva llegada al poder del Talibán en agosto de 2021. “Ahora mi país no es seguro para nadie”, comenta al hilo de los tres turistas españoles asesinados recientemente por Estado Islámico. “Hoy es muy difícil estar allí, las mujeres no pueden estudiar, los jóvenes entierran sus sueños, la vida es muy dura”, añade tímidamente, y de sus palabras extraemos que poco pintan aventureros en esa parte del mundo. En sus propias carnes vivió el miedo antes de coger rumbo a España. “Cuando iba a trabajar no sabía si iba a volver o no, varias veces los talibanes nos atacaron y perdí a cuatro compañeros”. Hace referencia Noorulhaq a un atentado en febrero de 2021 en la línea Khaf-Herāt, el primer ferrocarril entre Irán y Afganistán, que se cobró la vida de cuatro empleados del Ministerio de Desarrollo Rural debido a una mina incrustada en la carretera. Destino Albacete Llegó el 28 de diciembre del 2021 a Albacete con su familia, con la ayuda de la ONG ‘Afghan women on the run’, y la buena voluntad de unas amigas españolas de su hermana, residentes en Barcelona, que desde allí los trataron de ayudar. “Salimos por Pakistán, donde estuvimos un mes hasta que la embajada española nos facilitó los visados”, aclara. Sus padres siguen por el municipio de La Mancha, donde abundan los cuchillos pero según Noorulhaq no los trabajos, a la espera de ver cómo se organizan a largo plazo. “El Gobierno nos envió allí”, ríe Noorulhaq sobre el emplazamiento en el que los ubicaron, porque presumiblemente habría faena para un ingeniero, pero que por el momento se quedó en nada. “Mi país es más como Albacete, seco, pero aquí todo es verde, me gusta mucho”, opina sobre nuestra tierra. Estuvo Noorulhaq viviendo este último mes en un hotel hasta que consiguió un alquiler para su mujer e hijo, que acaban de llegar. Viven cerca del Campus y, por el momento, atesoran la ilusión de un nuevo ciclo en Ourense por estrenar. “Ella era estudiante de cuarto año de Medicina, pero aquí tendría que empezar de cero”, explica sobre su esposa. “Solo puede homologar su título de escuela”, concreta. Que lluevan por favor esas ofertas de trabajo para una mujer que es un chollo si te aqueja algún mal. Tiene Noorulhaq una chuletilla a la que recurre de vez en cuando para decir todo lo que quiere contar, y la inocencia de un hombre joven y sin maldad que quiere ser de provecho y aportar. “Soy una persona muy trabajadora y tenaz”, lee unas líneas que podía haberse ahorrado, se evidencia su espítitu con el solo hecho de haber ido al diccionario, a estos términos buscar. Con unos cursos de español que recibió en Albacete, y los dos años y medio aquí, ya da gusto oírle pronunciar. Identidad persa “Entiendo árabe, puedo leer, pero no lo entiendo mucho”, explica Noorulha, ya que su lengua no es la misma que la del profeta Ismail, aunque también él sea musulmán. “نا برده رنج گنج میسر نمی شود”, comparte un proverbio farsi, que no sabemos cómo se pronuncia, pero viene a significar algo así como que sin trabajo y esfuerzo no existe la prosperidad. ¡Por mucho tiempo con nosotros amigo persa, pero que la renovación de la vía Ourense-Lugo se acabe ya! Le gusta más el pandeiro que el zerbaghali y, aunque es de tierra de ‘chai’, no hace ascos a un buen café con pastas. Nos hicimos un poco un lío hablando con Noorulhaq del leopardo de las nieves y del lince ibérico, y tuvimos que hacer un ‘arghh’ para explicarle que estábamos en el episodio felinos y de paso sacarle de la libretilla, pero todo bien con Anwari, acepta la broma y hasta risa le da. “Concello”, despide en gallego este afgano ourensano, que tiene de fondo el emblemático edificio, y que para quedar bien hizo una pequeña trampa. Será la sabiduría persa que con un engaño piadoso saca a la palestra la que se presupone una noble palabra.