Es el paradigma de lo que necesita el paciente: amabilidad, dulzura y competencia profesional. Pero no hay que engañarse, es firme y clara con lo que se hace en sanidad y lo que de verdad debería hacerse.

Como norte, la vocación de ayuda

Siempre tuvo claro que su vocación pasaba por la ayuda a los demás, aunque para llegar a laenfermería dio muchas vueltas desde que nació en Seixalbo siendo la menor de cinco hermanos. Comenzó el colegio en la escuela de párvulos de doña Concha. Finalizado ese ciclo lpasaría con con doña Consuelo (Carid), esposa del prestigioso abogado, galleguista y recordado exmaestro en Seixalbo, Amadeo Varela.
Pero no fue con doña Consuelo, como se la llamaba, porque por ese tiempo iniciaba la carrera docente su hermana Mela, que se la llevó con ella a A Barxa, en A Rúa; al año siguiente volvió a casa y estudió en las monjas de Santo Domingo, para regresar en la última fase de Básica a la escuela parroquial de doña Aurelia.

Por consejo de esta mujer le orientaron hacia la rama administrativa de FP. En A Carballeira hizo tres cursos, pero a los 17 años se planteó, ya en serio, atender a su cabeza en vez de las opiniones de otros. Tenía clara la vocación de ayuda, así como que habría de ser por la rama sanitaria, así que decidió hacerse enfermera, pomposamente denominadas en aquella época como Ayudantes Técnicos Sanitarios.

Así empezó a trabajar en lo que entonces eraResidencia Sanitaria. Por entonces se abrió el debate para incluir las Escuelas de Enfermería en la formación universitaria y tuvo la opción de un curso de convalidación de conocimientos.

Metida de lleno en este ámbito profundizó en la formación y el saber. Realizó un master en Ciencias de la Enfermería y se convirtió en miembro del grupo de investigación en historia y pensamiento enfermero Ágora, además de asumir la dirección del área de formación del CHOU. A partir de ese máster en la Universidad de Alicante se lanzó a la tesis doctoral sobre la 'Historia de la Enfermería. Primer título de enfermería en España'. La evolución y profundización intelectual a través del mundo académico la han convertido en una referencia de la enfermería en España. De hecho, publicó en Temperamentum, revista internacional de historia y pensamiento enfermero, con gran prestigio en este ámbito.

En la historia y evolución de la enfermería en España, Elena es fuente de sabiduría. Desde el siglo XIX, cuando las Siervas de María -orden fundada en 1851 por el cura Miguel Martínez Sanz, párroco de Chamberí, en Madrid- comenzaron a atender enfermos a domicilio de forma reglada. En 1915 lograron lo que se conoce como la primera homologación profesional; desde esa época, y antes, se lo sabe todo. De aquí y de lo que pasaba en Europa.

Destaca que lo ocurrido históricamente con su profesión en España fue una cosa rara, ya que por un lado 'está poco estudiada' y por otro hubo conflicto con los practicantes, refractarios a homologarse con la enfermería 'por su estatus superior, como ayudantes del médico, a los que incluso suplían en algunas funciones en el quirófano. Por eso se oponían a que las enfermeras tuviesen un título oficial'. Al fin, superada la mitad del pasado siglo llegó la unificación de matronas, enfermeros y practicantes, dio lugar al eufemístico 'Ayudante Técnico Sanitario (ATS)'. Todo ello ha llevado 'a que sea difícil que una enfermera explique en qué consiste en realidad su profesión'.

Sobre el estado de la sanidad actual, es pesimista. 'Está mal', o muy mal, admite, mostrando la preocupación por la derrota actual. Está convencida de la necesidad de reducir gastos, pero se subleva -la expresión es excesiva aplicada a quien se conduce de forma exquisita en el trato- o explica con resolución y firmeza su desacuerdo con la forma de recortar.

'Se pueden optimizar los recursos existentes sin quitar nada a los pacientes. No se puede cobrar por el uso de ambulancias en determinados servicios, mientras en otros se manda en ella -gratis- a un paciente que no lo necesita'. Todavía añade que 'se están produciendo falsos ahorros con la compra de material barato, que luego acaba saliendo caro, mientras ni siquiera se consigue que todo elmundo cumpla la jornada de trabajo'. 'Si se hablase con los trabajadores, con los servicios, ellos podrían dar pautas acertadas de cómo economizar sin devaluar el nivel de atención al paciente'.

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