La nueva ordenanza de veladores llegará al pleno del Concello de Ourense el próximo 1 de septiembre, pero no sin polémica. PSOE y BNG reiteran su descontento con la normativa y hablan de una “fuxida para adiante” del gobierno local, que desoyó en los últimos meses las enmiendas y reclamaciones al documento presentadas por la oposición. En el periodo de alegación, los socialistas presentaron siete enmiendas y los nacionalistas solicitaron la paralización del proyecto. En ningún caso obtuvieron respuesta.
El PSOE, de hecho, afeó ayer al alcalde, Gonzalo Pérez Jácome, por rechazar las propuestas a través de un comunicado de prensa y de sus propias redes sociales. “No procedemento de aprobación dun proxecto desta índole o normal é notificar a resolución das emendas coa argumentación xurídica oportuna”, reclaman fuentes socialistas. Jácome desechó las enmiendas por “no hacerlas en fases anteriores del proceso”, por considerarlas “recomendaciones, no alegaciones” y por “desconocimiento”. Además, se refirió a la petición de reducir la superficie de las terrazas como un “varapalo” y un “cataclismo” para la hostelería. El PSOE recuerda la necesidad de priorizar la “defensa” del espacio público, del patrimóneo arbóreo y del mobiliario urbano: “Nós seguiremos a defender a necesidade dunha nova ordenanza, pero non a costa de que as licenzas dependan da vontade exclusiva e directa de Jácome”.
El grupo municipal del BNG, por su parte, registró el pasado 30 de junio en el Concello una solicitud para paralizar la normativa mientras la Comisión Técnica de Accesibilidade de la Xunta de Galicia no emita el informe solicitado. Los nacionalistas recuerdan que está en juego la “seguridade, integridade e benestar” de la población ourensana.