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El Obispado de Ourense recuenta feligreses para redistribuir al clero

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photo_camera Fieles en torno a la iglesia de San Benito, en Parada do Outeiro (Vilar de Santos)

Puso en marcha un sínodo para conocer la realidad de la diócesis y poner en marcha medidas para atraer creyentes

El descenso de la práctica religiosa, la despoblación de medio rural, el envejecimiento de los sacerdotes y la falta de vocaciones para sustituirlos encendieron la alarma en el Obispado de Ourense. El obispo, Leonardo Lemos, acaba de firmar la puesta en marcha de un "sínodo diocesano", a través del que se tomarán medidas para encontrar a nuevos creyentes, revitalizar la fe religiosa en los ya asistentes y renovar el estilo de trabajo pastoral.

El último sínodo diocesano, según palabras del propio obispo, se llevó a cabo en el año 1909. El puesto en marcha este pasado domingo, incluye la realización de un estudio sociopastoral para conoce la auténtica realidad de la Diócesis de Ourense. Los propios párrocos se encargarán de contabilizar y trasladar al Obispado el número de bautizos, bodas y defunciones registradas en los últimos cinco años. Además, harán un recuento de las personas que residen diariamente en las parroquias, cuántas acuden a misa y si la población aumenta durante los fines de semana o en época de vacaciones. "Está claro que hay mucha variación de vecinos entre el verano y el invierno. En verano, suelen ser muchos más los vecinos", apuntó el vicario de Pastoral, Francisco Pernas de Dios.

Redistribución de curas

Los datos servirán para hacer una buena redistribución de los sacerdotes, que en la actualidad son 224, cuya media de edad supera los 60 años. De total de curas, tan solo 32 están entre los 28 y 40 años. A esto hay que sumarle la falta de vocaciones, que conlleva que del Seminario ourensano salga una media de entre dos y tres sacerdotes cada año. "Si en una parroquia no hay bautizos y, por contra, se registraban muchas defunciones, pues está clara cuál es la situación, que a la larga no se precisara párroco", explicó el vicario de pastoral.

El sínodo diocesano se desarrollará a lo largo de los próximos cuatro años. Una vez conocida la realidad sociopastoral, los feligreses podrán participar en grupos sinodales que serán constituidos en cada parroquia con el objetivo de debatir y aprobar temas que consideren de urgencia y prioridad religiosa.

Temas a debate

El Obispado ya entregó a los sacerdotes un total de 17 temas para que sean sometidos a debate. Entre estos asuntos, están cuestiones como la iniciación cristiana de niños y adultos, la gestión del patrimonio de la Iglesia, la educación en la fe, la participación en la liturgia, la mujer y su papel en la Iglesia, la vida consagrada y la propia redistribución de los sacerdotes. "Nosotros proponemos estas cuestiones, pero cada feligreses puede incluir hasta otras cuatro", recalcó Francisco Pernas.

Todas los acuerdos serán remitidos al propio obispo, Leonardo Lemos, para que le de el visto bueno y los ponga en marcha, una vez concluida la iniciativa durante el año 2020.

La puesta en marcha del sínodo diocesano fue dado a conocer el pasado domingo por los sacerdotes en la celebración de la misa, en la que invitaron a los feligreses a participar en la iniciativa, que está dividida en cuatro etapas, una por cada año. Esta primera, según el vicario de Pastoral, es simplemente de sensibilización. Durante el año 2017, se constituirán los grupos sinodales por parroquias y arciprestazgos (hay 12 en Ourense) para comenzar a debatir temas que afecten a la vida religiosa y social. La siguiente etapa será para revisar cada una de las propuestas y, después, ejecutarlas.

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