DOMINGO DE RAMOS

El obispo invita a los niños a leer el Evangelio

photo_camera El obispo Lemos se dirige a los feligreses en San Lázaro. (MIGUEL ÁNGEL)

Cientos de fieles tomaron parte en la Procesión de Ramos en el centro.

Ramos de olivos, laureles, palmeras y muchos niños con ropa de estrena. El parque de San Lázaro dio la bienvenida a la Semana Santa con un multitudinaria procesión matutina en la que se conmemora la entrada de Jesús en Jerusalén, aclamado por la multitud, días antes de su pasión, muerte y resurrección.

A las 11.15 horas salió la procesión desde la Catedral con el paso de los niños que acompañan la imagen de Jesús en la popular “borriquita” por la calle de Santo Domingo hasta el Parque de San Lázaro, donde el obispo de la diócesis, Leonardo Lemos, bendijo los ramos, para regresar por la Calle del Paseo y Lamas Carvajal a la Catedral.

En su homilía, monseñor Lemos Montanet se dirigió de forma especial a los niños y niñas que "llenaban de alegría" la Catedral, dándoles únicamente una idea para esta Semana Santa, “la fiesta más importante del año para los cristianos”. El obispo quiso hacerlos partícipes en todo momento y le lanzó una invitación: un ejercicio de identificación con los distintos personajes que surgen en la narración de la pasión y muerte de Jesús: Pedro, Judas, Poncio Pilato, Barrabás, Simón de Cirene, María Magdalena…

El obispo aprovechó también la ocasión para invitarlos a leer la Biblia. "Sería bueno que todos tuviésemos un ejemplar de la Biblia o, por lo menos, del Evangelio, y todos los días, antes de comenzar a estudiar o de acostarnos, debiéramos leer un pequeño fragmento de este libro que el papa Francisco le llama Alegría del Evangelio", aseguró Leonardo Lemos. Según dijo en su alocución, esas lecturas ayudan a ser buenos cristianos, los mismos"que saben muy bien que ese Jesús, del que acabamos de celebrar su entrada triunfal en Jerusalén – en medio de palmas, ramos y gritos de victoria- y que dentro de unos días lo contemplaremos muerto en la cruz, no está muerto, sino que ¡vive! Vive en esta gran familia que es la Iglesia".

A la salida de la Catedral, las calles tomaron el relevo con cientos de personas disfrutando de un día soleado en el que los más pequeños de las casas lucían sus mejores atuendos, engalanados con prendas de vestir propias de la primavera y de ocasiones especiales A la una del mediodía, las terrazas de los negocios hosteleros del centro presentaban "overbooking".

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