Leonardo Lemos Montanet, se ha mostrado "sorprendido" afirma que se trata de un elemento incrustado en una columna "que hay que ir a mirar con lupa"
El obispo de Ourense, Leonardo Lemos Montanet, se ha mostrado "sorprendido" por la denuncia presentada contra él por la existencia de un símbolo franquista en la Catedral de la ciudad de As Burgas, ya que la ve como una "magnificación de la realidad" porque se trata de un elemento incrustado en una columna "que hay que ir a mirar con lupa" y decir que eso "puede herir susceptibilidades" es "extrapolar".
Lemos ha convocado una rueda de prensa para explicar un evento religioso en la diócesis tras lo que ha respondido a preguntas sobre la denuncia presentada por el abogado Eduardo Ranz Alonso contra los alcaldes de A Coruña, Coirós y Betanzos, el arzobispo de Santiago de Compostela y contra él mismo por mantener simbología franquista.
Así, ha dicho no haber visto antes el objeto al que se refiere la denuncia ni tener constancia de ella por escrito. Después de ello, ha hablado de sus circunstancias personales para explicar que en su familia, "como en muchas", hubo expatriados y expulsados por el régimen franquista y que su ordenación como sacerdote se produjo cuando "Franco ya no vivía".
En general, ha afirmado que la Iglesia "no está a favor ni en contra de nadie" y, a su juicio, no se puede decir que se hieren sensibilidades "porque está relacionada con no sé quién". Por ello, considera que en 2015 "vengan con que una pequeña placa puede herir es magnificar y extrapolar la realidad".
En relación con la memoria histórica se ha referido a actuaciones en la Catedral de Ourense "sin que nadie lo mandase hace más de 35 años", con la eliminación de símbolos de caídos por la patria y otros "que podían herir sentimientos". Todos se quitaron "sin que nadie se diese cuenta", ha remarcado.
Además, ha hecho hincapié que durante el régimen franquista la "mayoría" de los símbolos de este tipo se pusieron "en contra de la opinión de la Iglesia" y sólo porque eran normativas emanadas de las autoridades.
En ese sentido, ha subrayado que para "no ir contra el poder establecido", en muchos casos, se "consintió" colocar elementos representativos "incluso grabados en la piedra de las iglesias, por lo que sería muy difícil eliminarlos".
